Recientemente asistí a la merienda y tuppersex que realizó la eroteca Oh Lilith!. La tarde prometía diversión, merienda y juguetes eróticos, por supuesto, y no defraudó. Y como soy bloguera y (casi) todo lo cuento, pues aquí tenéis mi resumen de aquella tarde:

A Oh Lilith! ya la deberíais conocer porque os hablé de ella hace unos meses cuando celebraron su inaguración a finales del año pasado, inaguración a la que también fui. Pero por si acaso, os recuerdo que Oh Lilith! es una eroteca online con productos seleccionados bajo unos estrictos criterios de calidad: revisan los productos que ofecen, cuentan con materiales respetuosos con los animales (no testados con animales y las pieles son artificiales) y asesoramiento perosnalizado. Pero, para mí, lo que les diferencia de otras tiendas eróticas son tres características:

• Sus productos están catalogados por usabilidad, no por género u orientación sexual, lo importante es saber qué uso le quieres dar y no tu orientación sexual o si eres hombre o mujer. Porque por ejemplo, un juguete anal que lo pueden utilizar tanto las mujeres como los hombres, ya sean heterosexuales u homosexuales, entonces, ¿en qué sección los encuentro? En Oh Lilith!, en cambio, esa búsqueda es sencilla, más intuitiva, que yo quiero un juguete anal, pues me voy a su sección de juguetes anales y directamente cotilleo qué hay por ahí.
• Estética y fotografía de la web muy cuidada. Para mí, la web está diseñada con mucho gusto.
• Descripciones útiles de los productos. Van más allá de la típica y técnica descripción que ofrece el fabricante del juguete, un valor añadido a tener en cuenta.

Muy bien, yo creo que ya hecha, de nuevo, la presentación, vamos a lo importante: el tuppersex. ¿Qué es un tuppersex? Son esas reuniones divertidas en las que se muestran, se aprende y se pueden manipular juguetes eróticos en un ambiente desenfadado, con tus amigas. Manipular de manera casta y pura porque, tened en cuenta que a estas reuniones acuden en torno a unas 10-15 personas y no es cuestión de que el vibrador pase por el baño en torno a unas 10-15 veces… Es decir, en estas reuniones se ven, se tocan y se prueban, de manera superficial y casta (palma de la mano, cuello, brazo…) los juguetes eróticos, no nos vengamos arriba tan pronto…

Aunque este tipo de reuniones se suelen hacer con amigas en el domicilio de alguna de ellas, no es requisito imprescindible porque, sin ir más lejos, esta tarde de merienda y tuppersex se llevó a cabo en las instalaciones de Oh Lilith! y yo acudí sola. Y no fui la única que se presentó sin compañía.

No os voy a hacer un listado de todos lo juguetes que vimos y manipulamos, porque fueron bastantes y este post se os haría muy largo, además, mi memoria ya no es lo que era…

Os puedo decir que este tuppersex, y todos en general, comienzan de menos a más. Es decir, al principio de la reunión, las asistentes están un poco más cohibidas y nerviosas, motivo por el que lo primero que se suele enseñar son los juguetes más light: lubricantes, velas de masaje y pinturas corporales. En este punto descubrí que hay una pintura corporal de sabor a donut que la quiero para mí, pero no un frasco, si no todas sus existencias… Amo los donuts en todos sus sabores, tamaños…

Una vez que superada la primera toma de contacto con los juguetes eróticos y que una se va relajando poco a poco, se continúa con juguetes que ya empiezan a vibrar, como por ejemplo, las balas vibradoras. Y cuando se ha introducido en la reunión el primer vibrador, ya hay barra libre para seguir con vibradores más potentes como el vibrador S4 de Ovo para estimulación externa, para el clítoris o el vibrador recargable Shiatsu, todo un señor vibrador.