Retomamos la sección de Ilustres del sexo con Anthony Comstock. ¿Que quién es este señor? Pues el fundador de la Sociedad de Nueva York para la Supresión del Vicio, The New York Society for the Suppression of Vice.
¿Por qué traigo a un represor a la sección de Ilustres? Porque, aunque sea para mal, es un episodio importante en la historia de la sexualidad que hay que contar y recordad para no caer en los mismos errores. Hay una frase que dice algo así: «aquel que no conoce la historia está condenado a repetirla». Otros dicen que «la historia no se repite, pero rima». Ambas válidas. Y otra cosa no, pero grupos o asociaciones que se creen los amos y señores de la moralidad hay unos cuantos. Todos tenemos en mente alguna de estas asociaciones que recorren ciudades en autobús pretendiendo adoctrinar en su verdad, ¿verdad? Pues eso, que todo en esta vida es cíclico y no está demás conocer alguna de esta asociaciones.
Anthony Comstock, vida y obra
Infancia de Anthony Comstock
Nació en Nueva Canaan, Conneticut, en 1844 y. La verdad es que sobre la infancia de Anthony no he podido encontrar demasiada información. Sólo he sacado en claro que se crió bajo una férrea educación puritana ya que su madre era una ferviente congregacionalista, una rama del protestantismo. Y aunque su madre murió cuando él tenía 10 años, su fervor religioso le caló hondo. Creció con la idea de que las tentaciones estaban en todas partes y que la única forma de llevar una vida recta y pura era absteniéndose de todo pensamiento y acto pecaminoso.
Ahora os lanzo la pregunta del millón: ¿qué acto se ha considerado, por los siglos de los siglos, como uno de los más obscenos? ¡Correcto! El sexo. Entonces, ¿contra qué tentación pensáis que debía de luchar con todas sus fuerzas? ¡Bingo! Y vaya si lo hizo…
Guerra de Secesión
Nuestro protagonista participó en la Guerra de Secesión o Guerra Civil Americana en el bando Unionista (los del Norte). En concreto formó parte del 17th Connecticut Infantry. Entró en combate dos años después de que estallase este conflicto, en 1863, cuando mataron a uno de sus 9 hermanos.
A pesar de ser una guerra y tener que participar en varios enfrentamientos, como es esperable en una guerra, el destino de este regimiento de infantería fue relativamente tranquilo. Sin embargo, nuestro querido Anthony tuvo trabajo extra librando su propia batalla contra el tabaco, el alcohol, el juego… Ya sabéis, todo aquello que hace que uno se desvíe del camino del bien y que circula entre trincheras. Imagino, porque esto no lo he leído, que tuvo que ser muy conocido y muy apreciado por sus hermanos de armas. Algo así como el Pepito Grillo tocapelotas de la compañía.
Como he dicho, al estar destinado en un sitio relativamente tranquilo durante la guerra, Anthony pasó por ella sin pena ni gloria, y cuando finalizó la misma, en 1865, se fue a vivir a Nueva York.
Nueva York y la YMCA
Lo que se encontró en Nueva York no le gustó nada, de nada: juego, prostitución, alcohol, material pornográfico… Es en este momento cuando Anthony Comstock comienza su verdadera cruzada contra el vicio, en concreto, contra el material pornográfico.
Empezó a tener contactos con la asociación de jóvenes cristianos de Nueva York, Young Men’s Christian Association in New York City (YMCA). A día de hoy, no sé a qué se dedica o cuáles serán los objetivos de esta asociación, pero por aquellos años estaban muy preocupados por la moral de los jóvenes. Y con la ayuda de la asociación, Anthony empezó hacer sus pinitos contra el vicio.
Se dice, se comenta, se rumorea, que Anthony con la ayuda de la YMCA, comenzó una cacería de detenciones. Sus piezas eran los vendedores «de moral laxa». ¿Qué hacía? Les compraba el material «inmoral», no por vicio si no por tener una prueba, una evidencia, y luego se chibaba a la policía para que le cerrasen el chiringuito al vendedor. Un amor de persona.
El caso es que Anthony, gracias a esta especie de caza de brujas, fue cogiendo fama. Fue haciéndose un nombre entre los socios de la YMCA y entre las altas esferas de la moral pública. Gracias a esta fama, con el tiempo contribuyó a la creación de la Sociedad de Nueva York para la Supresión del Vicio, The New York Society for the Suppression of Vice, en 1873.
¡Eh! ¡Despierta! Sí, tú, que estás leyendo esto y aún no has notado que YMCA, en inglés, se pronuncia más o menos Guay Em Si Ei. ¿Ves por dónde voy? ¿No te suena ninguna canción de sarcástica letra sobre hombres jóvenes invitados a ser felices?
Letra original y traducida aquí, para que captéis la ¿fina? ironía de los Village People.
The New York Society for the Suppression of Vice
No me ha quedado claro si esta asociación era una especie de filial o salía de algún comité de la asociación de jóvenes cristianos, pero que ellos estaban detrás de esta nueva organización sí que parece evidente y que ellos fueron los que pusieron al frente de la misma a Anthony.
Como os podéis imaginar, el objetivo de esta asociación era velar y proteger la moral pública. Su objetivo era impedir que circulase cualquier tipo de material obsceno o pornográfico, o mejor dicho, cualquier tipo de material que ellos consideraban obseno o pornográfico. De hecho, su símbolo o logo no dejaba muchas dudas.
Ley Comstock
Por lo visto, Anthony Comstock, no era el único preocupado por la moral de sus conciudadanos. Los senadores, en concreto el senador Jacob Collamer, también estaba muy preocupado por el tráfico de material pornográfico. Y es que ya se sabe, en tiempos de guerra, los soldados, además de recibir cartas de amor, agradecían recibir cualquier tipo de foto y/o material menos románticón y más carnal. Y aunque la guerra ya había acabado, el lucrativo negocio del envío de material «obsceno» no lo había hecho. Así, en 1865, se aprobó una ley postal que prohibía el envío de libros, folletos e imágenes obscenas o indecentes.
¿Qué pasó? Que a Anthony esta ley le sabía a poco. Él quería más y más censura, perdón, quería decir rectitud moral. El caso es que dio por culo todo lo que pudo y un poco más hasta que el Congreso aceptó la ampliación que solicitaba. Al final, en 1873 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la ley de Supresión del Comercio y la Circulación de la Literatura Obscena y los Artículos de Uso Inmoral, The Act Suppression of Trade in, and Circulation of, Obscene Literature and Articles of Immoral Use. El texto de ambas leyes lo tenéis al final del post.
Esta ley, más conocida como Ley Comstock, no se limitó a la caza y captura de material pornográfico, si no que también prohibió la circulación de medicamentos contraceptivos y la propia información sobre contracepción. Días después de la promulgación de esta ley, a Anthony Comstock le hicieron inspector del servicio postal estadounidense para que pudiera aplicar su ley a capricho. Porque a quién le importa la privacidad de la correspondencia pudiendo haber fotos o viñetas de dudosa moralidad que corrompan el alma de los jóvenes patrios.
A partir de ahí, los estados miembros fueron aplicando diferentes versiones de la Ley. Hubo estados donde se tomaron muy a pecho esta ley y prohibieron directamente los anticonceptivos. En Connecticut, por ejemplo, el uso de anticonceptivos dentro del matrimonio era ilegal y podía suponer pena de prisión de un año. Por suerte, esa norma ya se ha derogado (sólo tuvieron que esperar hasta 1965 para ello, casi 100 años).
Por ahí he leído que nuestro amigo Anthony alardeaba de haber contribuido a condenar a unas 4.000 personas. Teniendo en cuenta que esta ley permitía abrir el correo postal de cualquiera, que el listón para considerar algo obsceno era bastante bajo y que fue imparable en su cruzada hasta el último año de su vida (murió en Nueva York en 1915), pues no me extraña que alcanzara esa cifra.
La persecución llegó hasta tal punto que algunas personas acabaron suicidándose como fue el caso de la escritora Ida Craddock.
Tras la muerte de Anthony Comstock
Tras la muerte de nuestro protagonista, la Sociedad de Nueva York para la Supresión del Vicio fue perdiendo fuelle y credibilidad. En un intento de lavado de cara se cambió el nombre por The New York Society for Improvement of Morals, algo así como Sociedad de Nueva York para la Mejora de la Moral. Pero como se suele decir, era el mismo perro con distinto collar y este cambio de imagen no engañó a nadie. Finalmente, a mediados de 1950 (que ya está bien) se disolvió la sociedad.
Con respecto a la Ley Comstock, la enfermera y fundadora de la Federación Americana de Planificación Familiar Margaret Sanger, contribuyó a derrogar en parte esta ley. Pero esta historia, quizá, os la cuente en otra entrega de Ilustres… De momento, creo que por esta semana, ya tenéis suficiente.
Fuentes:
- Ley postal 1865
- Ley de 1873 con la ampliación de la anterior de 1865. Página 599.
- www.encyclopedia.com
- www.nyssvhistory.weebly.com
- www.silkandebony.com
Para mi estos son los verdaderos enfermos que creen que la libertad del individuo debería estar regida por leyes.
Vaya personaje!!!!
Un artículo verdaderamente interesante.
Gracias de nuevo por compartir!
Por desgracia, el mundo está lleno de gente que piensa que dispone de la verdad absoluta y que su misión en esta vida es imponérsela a los demás. Anthony no es más que un ejemplo de esa mentalidad.
Gracias a ti por la visita y el comentario, como siempre.
Besicos.
De nuevo me sorprendes con un artículo de lo más interesante y una historia que desconocía. Gracias por compartir una nueva historía tan curiosa! Un saludo
Gracias a ti por la visita.
Besicos.
Lo que hace tener tiempo libre, ¿eh? Que en lugar de gastarlo no sé, leyendo, aprendiendo, jugando al ping pong lo invierten con tanto ahínco en condenar a quienes no piensan como ellos. ¡Qué daño ha hecho desde siempre lo de proteger la moral cristiana (judía, islámica….)! No se puede negar que se tomaran en serio lo que hacían, pero que podían haber estado mejor en una iglesia siendo escuchados por quien quisiera aguantarles. Cuando se mezcla religión con poder, muy mal asunto.
Gracias por presentarnos a este ilustre impresentable 😉
Besotes.
Ya lo dice el refrán: cuando el diablo no tiene nada que hacer… Entre eso y como le decía a Carla, que hay demasiada gente que se piensa que dispone de la verdad absoluta, pues… se junta el hambre con las ganas de comer, que es lo que le pasó a Anthony.
Besicos.
Buah, menudo pieza. Y ojo, que yo he pillado lo de YMCA a la primera jajaja ¿No ves que paso las horas y horas escuchando ESTA maravillosa versión de ‘In the navy’?
https://www.youtube.com/watch?v=ccyXNV0GCyA
Como sea, hay gente que tiene mucha afición por tirar su tiempo libre a la basura. Ojalá se murieran y nos dejasen en paz, ains.
Jajaja, no sé cómo lo haces pero siempre haces que descubra cosas nuevas. Esta maravilla de versión no la conocía.
Y con Anthony, pues eso, como bien dices, hay gente con mucho tiempo libre.
Besicos.
La gente por perpetuar su memoria es capaz de muchas cosas, y este lo ha conseguido.
Gracias a los dioses informáticos ahora tenemos interné, y a estos seres podemos decirles
– Te montas un bló y nos lo cuentas antes de ponerte a molestar ,- Y ahí, se quedan atrapados,
(¡Ahí va la ostia pués!, a ver si va a ser eso lo mio…)
Bueno chiqui, que si buscaba memoria, se la has dao con buena vara,
Kissss y Kissss
Y tanto que ha sabido perpetuar su memoria, pocos pueden decir que una ley lleva su nombre. Bueno, en verdad no lleva su nombre, si no que popularmente se la conoce así.
Besicos.
Interesante, no. Lo siguiente. Un estupendo artículo sobre este personaje, de los que tanto hay y, desgraciadamente habrá. En el fondo, pienso que este tipo de mentalidades parten de bastantes complejos e inseguridades. Si no, ¿cómo se entiende? ¿Por qué esa obsesión por adjudicarse el papel de salva almas? Es el pensamiento dogmático, la verdad solo es una y, además, la mía.
A pesar del acceso a la información de hoy día, de la mayor accesibilidad a la educación, al menos en occidente, no ha bajado demasiado. Los políticos son ahora «salva patrias»; por no hablar de los extremistas religiosos.
En fin, es esa manía de decirle al otro lo que tiene que hacer, cuando el único pilar moral que debería regir nuestras vidas es tratar y respetar al otro como nos gustaría que nos trataran y respetaran a nosotros.
Estupenda entrada, comparto!
Como dices, siempre ha habido y habrá personajes así, que se crean los dueños y señores de la verdad y de la moral.
Gracias por la visita y por tus palabras David.
Un saludo.