El mito griego de Apolo y Jacinto tiene de todo: amor, peleas, celos, una muerte trágica e incluso el origen de una planta.
Como suele ocurrir con los mitos griegos no existe una versión oficial. Siempre coexisten distintas versiones.
En el caso de este mito, aunque el hilo principal es el mismo: amor, muerte trágica y nacimiento de una nueva planta, tenemos dos versiones. En una la muerte se produce de manera accidental y en la otra, por celos.
Mito de Apolo y Jacinto
Empecemos presentando a los protagonistas de la historia.
Apolo
Apolo era uno de los dioses más importantes de la mitología griega. Era uno de los pocos dioses que tenían el privilegio de vivir en el Olimpo junto a Zeus. De hecho, Apolo era hijo de Zeus y Leto.
Aunque no creo que formase parte del Olimpo «por ser hijo de». Teniendo en cuenta la vida sexual de Zeus, si hubiese permitido que todos sus hijos viviesen en el Olimpo aquello se hubiera ido al carajo por sobrepoblación en ná y menos.
Entre otras cosas era el dios de las artes y de la arquería. Con sus flechas podía causar enfermedades, pero también curar.
Y en cuanto a amores pues… no llegó al nivel de su padre pero no se quedó corto. Entre muchos de esos amantes se encuentra Jacinto.
Jacinto
Jacinto era hijo de la musa Clío y del rey Amidas de Esparta. Al parecer, era un joven bastante guapo y atlético y Apolo se enamoró perdidamente de él. Incluso dejó el Olimpo y sus obligaciones para pasar más tiempo con Jacinto. Ambos se hicieron inseparables.
Aunque la belleza de Jacinto no solo atrajo la mirada de Apolo. También Céfiro, el dios del viento del oeste, quiso cortejarle. Y cuando Jacinto le dio largas, Céfiro no se tomó muy bien la negativa…
Un día, cuando Apolo y Jacinto estaban practicando el lanzamiento de disco, Jacinto, para impresionar a Apolo, quiso coger el disco que había lanzado este antes de que llegase al suelo.
Pero la mala suerte (según una versión) o Céfiro, motivado por los celos, hizo que una ráfaga de aire desviase la trayectoria del disco y golpease la cabeza de Jacinto causándole una herida mortal.
A pesar de los poderes curativos de Apolo, nada pudo hacer por su amante. Jacinto murió en sus brazos.
Como muestra del afecto que el dios le tenía y para que su memoria siempre perdurara, hizo brotar una nueva flor con la sangre del muchacho. Otras versiones dicen que con sus lágrimas. Una flor de color púrpura en la que inscribió su lamento: «ai ai».
A partir de entonces, cada año los espartanos, en honor a Jacinto, celebraban las Jacintias.
Fuentes:
Como siempre, aprendo mucho con tus post.
Curioso lo del nombre de Jacinto y su procedencia.
Bueno, curioso todo el artículo.
Gracias por compartir.
Saludos
Y yo, como siempre, te doy las gracias por tu visita y tu interés.
Feliz semana.
Besicos.