Bild Lilli fue el sexy personaje de una tira cómica que posteriormente se convirtió en la muñeca en la que se inspiró Ruth Handler para crear la famosísima Barbie.
Barbies hay muchas y estoy casi segura que, aunque no seas un fan de esta muñeca, te suenan la Barbie doctora, la canguro, la dentista, la cantante, la astronauta, la sexy secretaria alemana… ¡Ah, espera! Que esta a lo mejor no te suena…
Bueno, en verdad, el modelo secretaria sexy sexualmente desinhibida no es realmente una muñeca Barbie, al menos, que yo sepa. Pero sí lo fue su predecesora y fuente de inspiración: Bild Lilli. Un personaje de una tira cómica de periódico que, dado el éxito que tuvo entre el público masculino, decidió dar el salto y convertirse en muñeca para adultos.
Bild Lilli, personaje de tira cómica
Quién le iba a decir allá por 1952 a Reinhard Beuthien que aquel encargo para crear una tira cómica de relleno para la primera edición del Bild, un periódico alemán, se acabaría convirtiendo en el modelo de la muñeca más famosa de la la historia, la Barbie.
Con su pelo recogido en cola de caballo, su exuberante cuerpo, sus largas pestañas, su picardía y su coquetería, esta elegante y deslenguada secretaria enamoró al editor del periódico a primera vista y a sus lectores (masculinos), día a día.
La tira cómica consistía en distintas situaciones más o menos cotidianas de Lilli acompañadas de mensajes picantes. Aunque las que más triunfaban, por lo que sea, eran aquellas en las que aparecía con poca ropa.
Situaciones que, también por el motivo que sea, se daban muy a menudo: saliendo de la bañera con una minitoalla para hablar por teléfono, hablando con una amiga poniéndose/quitándose las medias, en ropa interior hablando con amigas mientras se viste, levantándose la falda jugando al tenis, en la cama hablando por teléfono en ropa interior… Vamos, ríete tú de los/las guionistas de una peli de Mario Casas buscando excusas para quitarle la camiseta.
Así que no es de extrañar que esta secretaria de curvas infinitas y diálogos más que sugerentes, se convirtiera en toda una pin-up. Y viendo el tirón que tenía en blanco y negro, decidieron ir un poco más allá y convertirla en una pin-up tridimensional.
Bild Lilli, la muñeca
En 1955 Lilli pasó del papel a muñeca de plástico. Con su cabello rubio recogido en cola de caballo pero con un juguetón rizo en la frente, labios pintados de rojo brillante, ojos negros y pestañas modeladas y sus zapatos negros, se convirtió en la muñeca de deseo de grandes y pequeños. Pero principalmente de grandes, su público objetivo.
De hecho, ni su precio ni su publicidad estaban pensados para niños. Según cuenta M. G. Lord en su libro Forever Barbie: The Unauthorized Biography of a Real Doll:
She was a pornographic caricature, a gag gift for men, or even more curious, for men to give to their girlfriends in lieu of, say, flowers. «Die hochsten Herm haben Lilli gem» —»Gentlemen prefer Lilli,» says a brochure promoting her wardrobe, over a picture of the doll in a short skirt that has blown up above her waist. It adds: «Whether more or less naked, Lilli is always discreet.» («Ob mehr oder minder nackt Lilli bewahrt immer Tackt.»)
Lord, M.G. Forever Barbie: The Unauthorized Biography of a Real Doll.
A lo mejor no era para tanto y se ha exagerado un poco el pasado erótico de Bild Lilli. A lo mejor. Pero lo cierto es que el gancho de las tiras era su picardía (y su escasa ropa) y si la convirtieron en muñeca no fue para que los niños la comprasen porque, además de ser bastante cara para ser una muñeca infantil, a muchos padres les daba un poquito de mal rollo regalarle a sus hijos una muñeca tan sexualizada.
Exageración o no, el caso es que, con el tiempo, esa vertiente erótica de Lilli se fue suavizando y se empezó a popularizar como «muñeca de vestidor» porque la otra gran baza de Lilli, más allá del rollo o broma para adultos, era su fondo de armario. Igual que su sucesora, Lilli disponía de un amplio vestuario para cada ocasión: para ir de fiesta, a la playa, jugar al tenis…
Se hizo tan popular que incluso dio el salto a la gran pantalla. En 1958 se estrenó Lilli – ein Mädchen aus der Großstadt. Lilli, una chica de la gran ciudad.
Lilli se hizo tan famosa que empezó «a viajar» y comenzó a venderse más allá de Alemania. Y así fue como Ruth Handler, cofundadora de Mattel, la conoció.
Inspiradora de Barbie
Según cuenta la leyenda, fue en un viaje por Europa cuando Ruth Handler vio a Lilli en el escaparate de una tienda y se enamoró de ella.
Según parece, llevaba mucho tiempo queriendo hacer una muñeca con rasgos adultos. Una muñeca que no fuera tan infantiloide como las que existían por aquellos años con la que su hija Bárbara y sus amigas pudieran imaginar y recrear situaciones del mundo adulto, «jugar a ser adultas».
Así que de aquel viaje por Europa Ruth regresó a los EEUU con tres muñecas Lilli como souvenir. Una para su hija, que por aquel entonces ya era adolescentes, y otras dos para que los diseñadores de Mattel la tomaran como referencia, se pusieran las pilas e hicieran realidad su sueño.
Aunque en un principio se mostraron bastante reacios y rechazaron la idea de crear una muñeca maquillada y con pechos, al final Ruth consiguió su objetivo y en 1959 nació Barbie.
¿Y qué fue de Bild Lilli? Pues poca cosa más porque en 1964 Mattel compró los derechos de la muñeca y dejó de producirla. Pero al igual que su sucesora, las muñecas Bild Lilli se han convertido en objeto de coleccionismo por el que se pagan cientos de euros.
Atribuciones:
La foto de portada pertenece a dollyhaul y se reproduce bajo licencia CC BY-NC 2.0
Fuentes:
- Lord, M.G.: Forever Barbie: The Unauthorized Biography of a Real Doll. Libro en inglés.
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