Desde que el hombre es hombre, constantemente ha estado buscado productos para aumentar su libido. Y desde plebeyos hasta reyes, han hecho uso de ellos. Un ejemplo de ello es Fernando el Católico y la cantárida.
La cantárida
Aunque a la cantárida también se le llama mosca española, resulta que ni es una mosca, ni es exclusivamente española.
La cantárida es un insecto, en concreto un escarabajo, que habita en climas cálidos, entre ellos España, y al que «se le ha concedido la nacionalidad española» gracias al uso que hacían los médicos españoles de él.
Este escarabajo genera una sustancia vesicante, la cantaridina. Por si os pasa como a mí y no lo sabíais, vesicante es una sustancia que, cuando entra en contacto con la piel, produce irritaciones y ampollas.
Pero esta no es la mejor cualidad de la cantaridina. No, que va. Además de irritaciones y/o ampollas, también puede provocar: ampollas en boca, lengua, dificultad para tragar, problemas en los riñones, vómitos (incluso con sangre), dolor lumbar, dolor abdominal, dolor al orinar, retención urinaria, taquicardia y, en dosis elevadas, directamente la muerte.
Maravilloso todo, ¿verdad?
Pero entonces, ¿qué tiene de bueno la cantaridina? Pues que, además de los efectos secundarios anteriores, también provoca priapismo. Es un vasodilatador que, en cantidades elevadas, causa erecciones.
Y por eso, alguien, en algún momento de la historia, en su infinita sabiduría, decidió desecar estos escarabajos, triturarlos, reducirlos a polvo y administralo como afrodisíaco ya sea echándolo directamente en la ropa interior o como «aderezo» en comida o bebida.
Fernando el Católico y los afrodisíacos
No es ningún secreto que nuestro Fernando el Católico tomaba de manera frecuente afrodisíacos. Además de la cantárida, también era muy conocida su aficción a las criadillas de toro, otra comida que también se suponía afrodisíaca por eso «de lo que se come se cría».
Porque con Isabel tanto monta monta tanto, pero cuando enviudó y se casó con Germana de Foix, lo de montar… ya no tanto.
Sus segundas nupcias las celebró con 53 años y con una diferencia de edad con su esposa de 35. Germana tenía 18 añitos cuando se casaron. Y los años, por muy rey que uno sea, no pasan en balde para nadie.
Pero como nuestro rey necesitaba un vástago que pudiera heredar el negocio familiar, lo dio todo en esta campaña. Tanto es así que siempre se ha pensado que Fernando el Católico murió por el abuso de cantárida.
O eso dejó caer Lorenzo Galíndez Carvajal en Anales breves de los Reyes Católicos y todo el mundo lo dio por hecho.
En este año (1513) por el mes de marzo adolesció el Rey Católico en Medina del Campo (viniendo de Carrioncillo tierra de Medina del Campo, que se había ido á holgar con la Reina Germana su muger) de un potage frio que le hizo dar la dicha Reina, porque le hicieron entender que se haría preñada luego; á lo cual se halló Doña María de Velasco mujer de Juan Velázquez de Cuéllar; de la cual enfermedad al fin ovo de morir el dicho Rey Católico.
Anales breves de los Reyes Católicos por el Dr. D. Lorenzo Galíndez Carvajal, en la Bilioteca de autores españoles, tomo LXX, pág. 560. Madrid, 1878.
Hasta que en 2018, el historiador Jaime Elipe y la médica Beatriz Villagrasa en su estudio titulado: El fin de un mito: causas clínicas de la muerte de Fernando el Católico apuntan como posible causa de su muerte un fallo cardíaco.
Mi conclusión: estuviese o no implicada la cantárida en la muerte de Fernando el Católico, no trituréis bichos y os los metáis por los canzoncillos por mucho efecto secundario vigorizante que os pueda causar.
Fuentes:
- Jaime Elipe y Beatriz Villagrasa, 2018. El fin de un mito: causas clínicas de la muerte de Fernando el Católico. Universidad de Zaragoza.
Caramba, caramba, lo que vamos aprendiendo de la Monarquía.
Y es que de todos es sabido que los Reyes y el sexo, siempre iban unidos de la mano.
Y no han parado a lo largo de la historía.
Felicidades por el artículo.
Maravilloso para no variar.
Gracias por compartir.
Feliz semana.
Gracias a ti por la visita. Como todas la semanas.
Besicos.