Cenas con historia (@cenasconhistori) no es más ni menos que la unión de dos pasiones: la comida y la lectura. Son una serie de restaurantes que te darán muy bien de cenar, y que de postre, te regalarán un libro. ¿Qué os parece?
El mecanismo es más sencillo que el de un chupete, os metéis en su web (www.cenasconhistoria.com), curioseáis por sus restotecas, elegís una, reserváis mencionando la palabra clave: «cenas con historia» y listo. El listado de restaurantes es bastante amplio, aunque se centran en Madrid, pero ya disponen de alguno en Ávila y Cantabria, e imagino que poco a poco, irán ampliando más horizontes.
Que dispongan de bastantes restotecas, hace que puedas elegir restaurante por zona de Madrid, por ejemplo, pero sobre todo abre el abanico de precios. Ya sé que a nadie le gusta hablar de dinero, que baja un poco el flow, pero es que esta opción de cenas, está pensada para todos los bolsillos, os podéis dar un capricho a un precio más que razonable (a partir de 12.50€) o bien podéis echar el resto y pegaros una cena inolvidable a un precio algo superior.
La otra ventaja de la amplia variedad de estas restotecas, es el tipo de cocina, podéis disfrutar de la comida marroquí en Almounia, regocigarse con el marisco y el pescado gallego en Terramundi o deleitarse con la cocina vasca en Goizeko Kabi.
Personalmente, me decanté por algo diferente y nos fuimos al restaurante Latitud, especialistas en carnes exóticas. Así que, una vez fichado el restaurante, reservé mencionando la palabra clave, y nada más llegar, tenían nuestra mesa preparadita incluyendo nuestro postre particular, el libro erótico para parejas «Sexistencialismo», sobre el que hice una reseña en la sección de libros del blog.
Un último apunte antes de hablar del restaurante, aunque ahora tienen de regalo este libro, su idea es ir cambiando e ir regalando distintas novelas, y la mía, es hacerme con todas ellas después de pegarme una buena cena, jajaja.
Ahora sí, Latitud es un restaurante pequeñito y acogedor en el que pudimos disfrutar de un menú degustación cargado de carne de avestruz, cocodrilo o cebra, entre otros. La atención recibida fue muy cálida y la rapidez intachable, sobre todo teniendo en cuenta que esa noche sólo estaba un camarero, nuestro camarero, que si no recuerdo mal se llamaba Julio (si no es así y estás leyendo esto, te pido perdón). Sobre la carne, pues no os voy a desvelar nada, lo que sí puedo decir es que vayáis con la mente abierta y ante todo, no le pongáis ketchup a nada, ¡por favor! Esto no os lo dirán los camareros por educación, pero para eso estoy yo aquí. Degustad la carne, descubrid las texturas y dejad el ketchup para «mac-hamburguesas-king».
En resumen, no tengo ni un pero que sacar a esta iniciativa, es más, estaba deseando ponerla en práctica. Si os gusta comer bien y os gusta la lectura, yo os recomiendo Cenas con Historia encarecidamente por su variedad gastronómica y de precio, no nos olvidemos.
¡Ah! y si sois de los que no han conseguido entradas este fin de semana pasado para el estreno de 50 sombras de Grey (como os la han «jugao» estrenándola para San Valentín, ¿eh?), esta puede ser una bonita forma de resarcirse de ese descuido. O si sois de las que han arrastrado a su pobre condenado a su estreno, y luego les habéis acribillado a: es que Grey…, has visto como Grey…, Grey nunca haría eso, seguro que a Grey no se le olvidaría…, Grey blablabla… (que nos conocemos) tampoco está mal agradecerles el detalle y su paciencia.
Para finalizar, os dejo algunas fotillos para documentar la cena:
Muchísimas gracias por tus palabras, nos alegramos enormemente de que hayas disfrutado de la experiencia 😉
Como ya os dije, os tenía en mi punto de mira. Un placer.
Me parece una iniciativa genial. Y lo cierto es que no tiene mala pinta la cena, original ante todo. Me lo apunto para una posible visita por esas tierras.
Como he dicho, lo bueno es que tienen restaurantes para todos los bolsillos. Nosotros elegimos Latitud por las carnes exóticas, por probar algo distinto, y no nos arrepentimos.
Un saludo!
Es una muy buena idea, y debería correrse la voz. El abanico de restaurantes es amplio, y supongo que seguirá creciendo, lo mismo que "el postre" en forma de libro.
Por cierto Mary, muy bien contado.
Sinceramente, a mí me parece una idea maravillosa. ¿A quién no le gusta comer y leer?
Como bien dices, el abanico de restaurantes es bastante amplio, aunque sólo para Madrid, pero poco a poco, van creciendo y ampliando a otras zonas.
Gracias por la visita y el comentario.
¡Un saludo!