El clítoris al descubierto

¿Por qué dedicarle un post al clítoris? Porque es el único órgano que tenemos cuya función es exclusivamente provocar placer, ¿os parece un motivo convincente para hablar de él? Este es un post homenaje en el que intentaré despejar cualquier duda que pueda quedar sobre el clítoris.

Breve historia del clítoris

Aunque el clítoris siempre lo hemos tenido en el mismo sitio y su función ha sido siempre la misma, la importancia que le hemos concedido a la largo de la historia, por desgracia, ha brillado por su ausencia. Para ejemplificar esta degradación histórica hagamos un pequeño ejercicio de memoria: imagino que todos los presentes fueron al colegio y estudiaron en algún momento el aparato genital femenino. Bien, aquí viene la pregunta del millón, ¿cuántos recordáis haber visto el clítoris en ese tema? Cric… cric… cric… cric… cric… cric…

El clítoris a lo largo de la historia ha sido descubierto, olvidado y redescubierto continuamente. No fue hasta 1559 cuando se empezó a estudiar, (¡¡1559!!) y fue gracias al anatomista Mateo Realdo Colombo. En su libro, De re anatomica lo denominó «el placer de Venus», pero su estudio cayó en el olvido en favor del trabajo de Andreas Vesalio, el cual describió los órganos reproductores femeninos.

La falta de memoria y el paso del tiempo hace que en el siglo XVII, el anatomisma holandés Reignier de Graaf no quisiera ser menos y se colgase también la medalla de descubridor del mítico órgano. Medallas a parte, por lo menos Graaf sí que realizó un examen exhaustivo de su anatomía.

 A todo esto, entremedias de todas estas discusiones y líos sobre quién lo descubrió primero, hubo otros anatomistas como Gabrielle Falloppio, sí, el de las Trompas de Falopio, que mantenían que ya se hablaba del clítoris en el siglo II. Y por si éramos pocos, llega Freud y decide menospreciarlo. ¿Cómo? Divide el orgasmo en dos tipos: clitoridiano y vaginal. Sí, señoras y señores, de aquí viene la famosa diferenciación…

Él establece, porque le sale de sus mismísimas gónadas masculinas (dícese de los huevos), que el clitoridiano es propio de mujeres inmaduras, con un desarrollo sexual inadecuado y el vaginal, en cambio, es el de las «guays», de mujeres adultas, mujeres con un desarrollo sexual maduro que han aprendido a transferir su respuesta sexual del clítoris a la vagina, al orgasmo coital… Bien querido Freud, sólo tengo una cosa que decirte: ¡Cómeme el c…! ¡Vivan mi inmadurez y mi clítoris!

Bueno, retomemos la historia, el caso es que tras estos estudios, vuelve a caer en el olvido hasta 1844, año en el que el alemán Georg Kobelt vuelve a retomarlo realizando una descripción completa de su función y plásmándolo en una serie de dibujos muy detallados:

El hecho de plasmarlo de forma gráfica, aunque sólo fuese en dibujos, hizo que no se pudiese esconder más y en 1900 apareció en el libro de medicina: Henry Gray: Anatomía del cuerpo humano, comúnmente conocido como Anatomía de Gray, un clásico de la anatomía y considerado como «la Biblia de los cirujanos» cuya primera edición vio la luz en 1858. Sin embargo, la alegría duró poco ya que en 1948 volvió a sufrir un nuevo desagravio y desapareció misteriosamente de esta «Biblia».

Por suerte, la uróloga Helen O’Connell se dio cuenta de que dedicarle tanta atención al pene y tan poco al clítoris no estaba nada bien, por lo que se dedicó a estudiar este órgano y en 1998 descubrió que era mucho más grande y complejo de lo que las descripciones de anatomía realizadas hasta entonces decían.

¿Por qué hasta 1998 no se llegó a estudiar como es debido este órgano? Bueno, por si no os habéis dado cuenta, quien lo hizo fue una mujer, Helen. No quiero malmeter, pero está claro que a lo largo de la historia a los hombres, científicos o no, no les ha gustado la idea de tener que explicar que la mujer dispone de un órgano cuya única función es dar placer…

Si además le añadimos el amor que tienen muchos hombres de considerarse el ombligo del mundo, lo que se puede traducir de una forma más fina como androcentrismo, el resultado es que nos centramos en el estudio del hombre  y los resultados que obtengamos, ya si eso, se los extrapolamos a la mujer. Fin del estudio científico.

Qué es y dónde se encuentra el clítoris

El clítoris es el órgano sexual femenino por excelencia, está ahí sólo para dar placer, lo repito una vez más por si aún no ha quedado claro. Pero lo que está a la vista sólo es la punta del iceberg. La capucha o «glande» que se encuentra en la parte superior de los labios menores es tan sólo la décima parte de su tamaño total, unos 10 cm, y es solo la punta de sus dos raices con forma de V invertida. Además, al ser un cuerpo carnoso y eréctil, como el pene, al estimularlo también se hincha y aumenta. Por si fuera poco, además de sus raices, cuenta con dos bulbos de tejido eréctil que se hinchan también con el flujo sanguíneo creando una zona erógena alrededor de la uretra y de la vagina. Es decir, es una «bomba de placer» que tenemos exclusivamente para disfrutar de él.

Por si no os ha quedado claro todo esto de la V invertida, los bulbos, las raices y demás, os dejo estas imágenes que son mucho más descriptivas que yo:

Cómo estimular el clítoris

Sí, todos sabemos que esta es la pregunta del millón y es lo único que os interesa de este post. Lamentablemente, ya os digo que en este apartado no encontraréis trucos infalibles, porque no los hay. Cada mujer es un mundo y cada una de nosotras tenemos una sensibilidad distinta, diferente, por lo que no hay técnicas universales en esto del sexo. Lo que sí puedo hacer es ofrecer algún que otro consejo.

Lo primero que hay que tener claro es que aunque se le pueda conocer como «el botón mágico», «el botón del amor», «el botón de lo que sea», no es un botón, no hay que apretarlo, no hay que presionarlo como si estuvierais combiando de canal. ¿Por qué? Porque es extremadamente sensible, en este botón tan pequeño, se concentran más de 8.000 terminaciones nerviosas, el doble de las que tiene el glande del pene. ¿Queda claro que hay que ir con cuidado? Bien, entonces continuemos.

Independientemente de que lo queráis estimular con la mano, la lengua (cunnilingus) o con algún juguete, yo os aconsejaría empezar con una técnica de aproximación, no ir directamente al capuchón, y si la estimulación va a ser manual o con un juguete, no estaría de más lubricarlo, ya sabéis que con un buen lubricante todo fluye mejor.

Como decía, yo comenzaría por una técnica de aproximación, comenzaría en el hueso púbico e iría bajando hacia el clítoris, haría círculos a su alrededor y una vez que ya la cosa se empieza a calentar, se puede continuar con suaves caricias sobre él, ya sean arriba y abajo o realizando círculos. Otros juegos que se pueden realizar es presionarlo y soltarlo suavemente, o darle «toquecitos», como cuando no carga una página web y no dejais de hacer click en el ratón, pero aquí hacedlo con cariño, pensad en esas pobres 8.000 terminaciones nerviosas… Como os podéis imaginar, lo suyo es ir subiendo la intensidad y la velocidad de los movimientos, aunque la respuesta de la otra persona debería ser vuestra guía para saber si la cosa va bien o no, la comunicación será vuestro mejor aliado, los consejos son eso, simplemente sugerencias, pero la reacciones de la otra persona es lo que os marcará el camino.

Fuentes:

• Documental: El clítoris, ese gran desconocido. (Vídeo eliminado de Youtube).
• Historia de la medicina.
• Canal Youtube Sexperimentando: Cómo estimular el clítoris de la mujer.