La copa menstrual ha supuesto toda una revolución en la higiene íntima de las mujeres. Hoy en día todo el mundo la conoce o, por lo menos, ha oído hablar de ella. Pero no es un invento tan reciente como algunos pueden llegar a pensar. Conozcamos un poco su historia.
Origen de la copa menstrual
Oficialmente su origen se remonta a 1932. En este año, Lestkr J Goodard presentó la patente para su «Vaginal receptacle«. Patente que fue aprobada ese mismo año y publicada como US1891761A. Este sería el primer registro oficial de la copa menstrual. Sin embargo, el Museo de la Menstruación y Salud de la Mujer de Maryland habla de un extraño predecesor que se remontaría a 1867. Si alguna vez voy a Maryland, sin duda me pasaré por este museo y os confirmaré este dato. De momento no me queda otra que fiarme de ellos y dar por bueno este dato.
La copa menstrual de Leona W. Chalmers
A lo largo de los años 30 se presentaron varias patentes de copas menstruales, pero sólo triunfó una de ellas, la de Leona W. Chalmers. El «catamenial appliance» se presentó en 1935 y se aprobó en 1937 como patente US2089113A.
Aunque fue la que triunfó, hay que decir que tuvo un éxito relativo. Primero porque era de caucho vulcanizado. Si recordáis, los primeros preservativos también se fabricaban con este material. Y como ocurría con ellos, este tipo de cuacho no terminaba de convencer porque era bastante rígido y duro.
Por otra parte, que la Segunda Guerra Mundial comenzase un par de años después tampoco ayudó demasiado. Y es que durante este período, el caucho fue monopilizado por la industria militar para la creación de neumáticos para sus vehículos.
Y por si todo esto no fuera suficiente, la mecánica para colocárselo y quitársemo tampoco favorecía mucho su utlización. Pensad que si hoy en día aún hay muchas mujeres que tienen reparo en tocarse sus genitales o, tan siquiera, mirárselos, imaginad en esa época. Meterse los dedos en la vagina, aunque fuese para ponerse/quitarse un método de higiene íntima, no se ajustaba precisamente a los cánones de delicadeza, decoro y pureza por el que se debían regirse en aquel entonces.
Disney entra en acción
Jamás pensasteis que Disney podría aparecer aquí, ¿verdad? Bueno, la verdad es que no sabía muy bien como contaros esto y me pareció que la historia de la copa menstrual era un buen momento.
Resulta que en 1946 Walt Disney produjo The Story of Menstruation. Un corto animado de unos diez minutos que explica el ciclo menstrual de manera natural, de hecho, es una de las primeras veces que se menciona la palabra «vagina» en una película y destierra algún que otro mito.
Aquí os dejo el corto por si tenéis a bien echarle un vistazo.
Very Personally Yours
Aunque el corto no está mal, tenía un pequeño pero. Este film se distribuyó en colegios de secundaria junto con un folleto informativo para profesores y estudiantes titulado Very Personally Yours. Y este folleto era el pero.
¿Por qué? Digamos que esta película no se elaboró porque un buen día los directivos de Disney se levantaran y dijeran: ¡hagamos algo bueno por la higiene íntima de las mujeres! No, este corto fue un encargo de la multinacional Cello-Cotton Company. Multinacional que engloba distintas empresas entre las que se encuentra Kotex. Una marca de productos de higiene íntima.
Como ya sabemos, quien pone la pasta, pone la publicidad. Así que objetivo, lo que viene siendo objetivo sobre el uso de distintos métodos de higiene, pues este folleto no lo era. Tampoco es que fuese muy agresivo y cargase contra otras marcas, pero daba a entender que usar tampones no era la mejor idea. Y si por un casual lo hacías, te dejaba bien claro que debías elegir los de su marca porque, por supuestísimo, eran mucho más mejores que los de Tampax. Compañía que ya llevaba unos años en el mercado y a la que no le iba muy mal.
Y no, la copa menstrual ni estaba ni se la esperaba en este folleto.
En resumen, tenemos un corto que se proyecto durante años en colegios junto con un panfleto que solo habla de dos métodos de higiene y desaconseja uno de ellos. Como os podéis imaginar, esta «educación» no fue de gran ayuda para nuestra amiga la copa menstrual. Porque ya sabemos que de lo que no se habla, no existe.
Tassette, Inc.
A pesar de todas las adversidades, Leona no se dio por vencida y a finales de los años 50 se asoció con Robert Oreck, fundador de la compañía Tassette, Inc. Bueno, más bien el señor Robert compró la patente de la nueva copa que desarrolló Leona, menstrual cup US2534900A, para comercializarla con el nombre de Tassette. Pero a pesar de la fuerte inversión económica y de los esfuerzos realizados, no hubo manera de venderla.
Contrató a enfermeras para asesorar a las mujeres en farmacias y tiendas. Como muchos médicos se oponían al uso de los tampones, y de la copa, añadió un tratamiento antibacteriano a la superficie de la copa para ganarse a la comunidad médica. Intentó invertir en publicidad, pero en muchos medios le vetaron por usar la palabra «vagina». También es que a quien se le ocurre llamar vagina a la vagina. Si hubiese dicho cosita o chochito…
Tassaway cup
En fin, que como os decía, a pesar de los esfuerzos, la copa dejó de comercializarse en 1960. Pero compañía no se dio por vencida y en 1970 lanzó una nueva copa, la Tassaway. Se trataba de una copa desechable con la que creía superar el rechazo de las mujeres a tener que lavar la copa y con la que pensaba que iba a ganar más dinero porque al no ser reutilizable, se tendrían que comprar más. Pero tampoco tuvo éxito.
En esta ocasión fue por causas externas. Como tenía pocas cosas en contra, resulta que la entidad se vio envuelta en unas sospechas de fraude con respecto a las acciones de la empresa. Hecho que hizo que sufriera una desvalorización y que el negocio, junto con la copa menstrual, se fueran a pique.
No fue hasta 1987 cuando la copa menstrual volvió a resurgir de la mano The Keeper, Inc. Y esta vez, volvió, por fin, para quedarse.
Fuentes:
Carla Mila dice
Curiosa la anécdota de la película. E interesante artículo, como ya nos tienes acostumbradas.
Yo, la verdad, no sé como se las ingeniaban antes, pero de manera higiénica, no.
Saludos y feiz semana!!
Carla Mila
http://www.carlamila.es
Rosina dice
Lamentablemente, a lo largo de la historia de la humanidad el patriarcado hizo que se encerrase a las mujeres durante esos días porque «eran impuras». Y no sé por qué hablo en pasado si a la mayor parte de los hombres les da asco y reparo algo de lo más natural. Que ellos se la casquen en el baño día a día para expulsar un fluído no demasiado agradable no parece que les dé tanto reparo… Vamos, que es machismo puro y duro.
Ester Álvarez G. dice
Gracias por contarnos la historia de la copa menstrual 😉
Menos mal que la copa esa desechable no tuvo éxito, sino la idea de que sea un producto ecológico se iría al traste y creo que esa es una de sus principales ventajas.
Besitos! 🙂
Anónimo dice
Cómo me gusta leerte!!! Gracias por compartir las historizaciones
Maryasexora dice
Muchísimas gracias a ti por tu visita y, por supuesto, por tu comentario.
Besicos.