Hoy vamos a hablar del himen. Vamos a explicar qué es, qué tipos hay, para qué sirve… En definitiva, vamos a intentar dar un poco de luz a esta membrana tan rodeada de mito y leyenda.
¿Qué es el himen?
El himen es un tejido fibroelástico, una membrana más o menos flexible, que cubre parcial o totalmente la abertura vaginal y que se encuentra ubicado entre los dos pliegues de la vulva.
¿Todos los hímenes son iguales?
No. Cada persona es distinta y cada una tiene sus diferencias individuales. De la misma manera que ya sabemos que todas tenemos vulva, pero comprendemos que no todas las vulvas son iguales, con el himen ocurre lo mismo.
Existen distintos tipos de hímenes que se pueden clasificar en:
- Anular. El orificio se encuentra en la parte central.
- Semilunar. El orificio está más bien desplazado hacia la parte superior, y la membrana se sitúa en la parte inferior en forma de medialuna.
- Labial. La apertura es alargada, en paralelo a los labios, dejando la membrana a ambos lados.
Esto son, por decirlo de alguna manera, los hímenes típicos. Pero no son los únicos. A partir de esta clásificación, se pueden dar múltiples variaciones:
- Septado o biperforado. Presenta dos orificios de apertura en vez de uno solo.
- Microperforado. La abertura es muy pequeña, tanto que puede provocar dificultades a la hora de introducir incluso un tampón.
- Hipertrofiado. En este caso, la abertura es muy grande.
- Imperforado. Exacto, se denomina así porque no hay abertura. La membrana cubre la abertura vaginal y, en algunos casos, imposibilita que salga el sangrado menstrual. Este tipo de situaciones requiere de intervención quirúrgica para abrirlo.
¿Para qué sirve el himen?
Esta es la pregunta del millón pero, por desgracia, yo no os puedo dar una respuesta porque aquí hay múltiples teorías y explicaciones. Eso sí, para no dejaros con el reconcome, os remito al artículo que realizaron Silvia C. Carpallo y Verónica Vivero para El Sextante (actualmente este artículo ya no está disponible) donde hablaban de varias de estas hipótesis.
Lo que sí tengo claro, es que más allá de su posible función biológica, el poder de este trocito de tejido fibroelástico reside en su valor cultural. Gracias al erróneo mito de la virginidad, asentado por los siglos de los siglos, al himen se le sigue considerando el símbolo de la virginidad. Según este dichoso mito, un himen intacto es sinónimo de virginidad. Pero eso no es así.
Desmontando el mito de la virginidad.
Dejando de lado que, desde mi punto de vista, religión y relaciones sexuales no deberían ir de la mano, el hecho de reducir el sexo a una única práctica sexual, como ocurre en este caso con el coito, es acotar muchísimo las relaciones sexuales. Es tener una visión bastante simplista y coitocentrista del sexo. ¿Sólo se deja de ser virgen con la primera penetración? Sexo oral, anal… ¿Eso no cuenta? ¿Por qué?
Pero más allá de la religiosidad, hay otra cuestión mucho más mundana que desmonta esta teoría: el himen se puede romper de forma accidental. ¡Toma notición! ¿Cómo os quedáis?
Se puede rasgar por praticar deportes de impacto (montar a caballo, ciclismo, saltar el potro y/0 plinto…), 0 por tener algún accidente (no sexual) en los que se vea afectada la zona púbica. ¡Ah! ¿Que no se os ocurre ninguna situación así? Bueno, se ve que entonces nunca habéis saltado bolardos ni jugado a «churro va». De hecho, con ese juego lo raro era no acabar con algo roto…
Más argumentos en contra de este mito: hay hímenes muy flexibles que permiten la penetración o la introducción de dedos y no se rompen. Son tan elásticos que tras la penetración, se repliegan a su posición inicial sin haber sufrido ningún rasguño.
Un último apunte antes de pasar al siguiente punto. Según este mito, las mujeres que nacen sin esta membrana, ¿nunca han sido vírgenes? Es cierto que son muy pocas las mujeres que nacen sin este tejido, pero haberlas haylas. ¿Cómo encajan ellas en esta teoría? Ahí lo dejo.
¿Qué pasa si no se rompe el himen?
Acabamos de ver los motivos por los que se puede rasgar el himen, pero hay situaciones en las que es necesaria la ayuda del bisturí para abrirlo.
Al hablar de los tipos de hímenes, hemos mencionado el imperforado. Bien, este sería un caso de operación porque, como os acabo de decir, puede impide que salga el sangrado menstrual y eso, como os podéis imaginar, no es bueno.
Otro tipo que puede requerir de operación es el microperforado. Un orificio tan pequeño que, el simple hecho de introducir un tampón puede ser muy doloroso y, en algunos casos, una misión imposible.
También puede ocurrir que más que una fina membrana, sea una membrana muy fibrosa que no rompa con facilidad y acabe provocando molestias y dolor en la penetración.
En todos estos casos, es necesario realizar una himenectomía o himenotomía. Aunque os puedan sonar a chino estas palabrejas, son operaciones que se practican con relativa frecuencia. Son cirugías de tipo ambulatorio, de las que ingresas y te vas del hospital en el mismo día, y que consiste en: o bien realizar una incisión en los casos de himen imperforado (himenotomía) o una extirpación del propio himen (himenectomía).
Sí, ya sé que suena muy mal eso de que te quiten el himen con ayuda del bisturí y que el postoperatorio tiene que ser una fiesta con los puntos… Pero para quitar un poco de hierro al asunto, os dejo este maravilloso artículo que realizó Loversizers para WeLoversize contando su experiencia titulado: Las mil y una primeras veces.
Himenorrafia
Si habéis leído el artículo que os acabo de enlazar, que espero que sea así, habréis visto que aparece una tercera palabreja: himenorrafia. No hay que confundirla con las anteriores. Esta es una operación puramente estética que consiste en reconstruir el himen. ¿Por qué alguien se quiere meter en quirófano para reconstruirse el himen? Pues yo no os sabría dar una respuesta lógica. Eso es una decisión personal que yo no comparto, pero os lo cuento para que si veis por ahí la palabreja, sepáis qué significa.
Conclusiones sobre los mitos y leyendas del himen
Se rompe con la primera penetración
Ya hemos explicado que no tiene que ser así. Se puede romper accidentalmente, a consecuencia de la práctica de un deporte, al masturbarse, e incluso hay hímenes que son tan flexibles que vuelven a su posición inicial tras un coito.
Mito del himen y la virginidad
Espero haberlo dejado suficientemente claro, pero por si acaso lo repito: El himen no es ningún símbolo de virginidad.
Por mi parte nada más, espero que este post os resulte útil y hayáis aprendido algo.
Carla Mila dice
Tus post ya son lectura obligada. Gracias.
Curioso la cantidad de hímenes diferentes. No tenía ni idea. Por ello, siempre se aprende más con tus artículos.
Lo dicho, gracias por compartir.
Saludos!!
Maryasexora dice
Me alegra saber que aprendéis cosas nuevas, esa es mi motivación para seguir escribiendo semana tras semana.
Gracias a ti por tu visita, como siempre.
Besicos
Ars Eroticas dice
Y este post va para los que les reconcomen las dudas y están ojipláticos dándole vueltas a temas absurdos, ¡ya tengo a dónde mandarles!
Ay que te tenía abandonadita, pero he sacado un rato y voy a empacharme de Maryasexora para empezar bien la semana y aguantar hasta el lunes que viene.
Feliz semana!
Maryasexora dice
Jajaja, me alegro de que te acuerdes de mí y saques tiempo de tu apretada agenda.
Todas las personas que me mandes serán bien recibidas.
La verdad es que me parece increible que a día de hoy todavía se relacione himen con virginidad, pero bueno, esperemos dar algo de luz y despejar posibles dudas.
Besicos.
Ester Álvarez G. dice
Un tema muy necesario, sí señora. Lo de saltar bolardos me ha recordado un golpecito que me di yo con uno de esos en la zona, jaja. Sobre las teorías de para qué sirve el himen yo tenía entendido que es para proteger la vagina de las niñas, de bacterias etc. Cuando somos pequeñas aún no funciona digamos su sistema de autolimpieza correctamente, con el desarrollo creo que ya la flora vaginal se ocupa de su cuidado. Besitos!
Maryasexora dice
Jajaja, entonces tú también eras de las que hacía el cabra por ahí, ¿eh? Lo mío no fue un golpecito exactamente, fue una leche en toda regla. Todavía me duele al recordarlo…
Yo también conocía esa explicación que comentas, la de protección contra baterias, y me parece que tiene su lógica. Pero luego hay otra rama que mantiene que tan sólo es un residuo evolutivo y que no tiene una función como tal, lo cual, tampoco me parece muy descabellado. Pero, sinceramente, como es algo que no sé a ciencia cierta, prefiero no mojarme.
Gracias por la visita.
Besicos.
David Rubio Sánchez dice
Es una gozada leerte, Mary. Tienes una capacidad maravillosa para exponer los temas de una manera que te los lees en un suspiro y, además, la información se te va quedando. El himen es un icono para aquellas culturas que valoran la virginidad de una manera que creo insana. Cuando veo esas imágenes de las bodas gitanas se me ponen los pelos de punta, ¿si no sangra ya no la quieres? En fin. Afortunadamente, creo que poco a poco estos mitos se van relativizando.
Ahora no recuerdo que famosa, o famosilla, se reconstruyó el himen para sentir de nuevo la pérdida de la virginidad. Como dijo aquel torero «hay gente pa tó»
Un abrazo!!!
Maryasexora dice
Muchas gracias por tus palabras David.
A mí me parece atroz que se siga practicando la famosa «prueba del pañuelo» porque, como ya deberíamos saber, es un sinsentido. La presencia o no del himen no es indicativo de nada. Esperemos que poco a poco, vayamos consiguiendo «reeducar» y seamos capaces de desterrar estas falsas creencias.
Besicos.
Mamanoleas dice
Un post muy explicativo, y una gran trabajo, como siempre. Ojalá un estudio que pudiera determinar cuantas de nosotras (mujeres del mundo) perdimos el himen con una relación sexual, con una caída o con un estornudo fuerte. De pequeña hacía gimnasia rítmica, y es más que probable que me lo rompiera entre espatarre y espatarre, aunque también que me ‘durara’ hasta la primera penetración… Sea como fuere, es importante lo que haces, dejar claro que el tener o no himen no significa realmente nada, sino que son esas creencias populares las que realmente hacen el mal…
Besotes.
Maryasexora dice
Un espatarre, un golpe, la primera penetración… ¡A saber dónde se rompió! Pero lo que debería quedar claro de una vez por todas, es que tener o no tener himen, no implica nada. Pero como dices, a veces, cuanto mal hace las creencias populares…
Besicos.
Erika Martin dice
Hola Mary,
esto es algo que nunca me había planteado. Daba por hecho que la membranilla era igual en todas. Qué cateta soy, jajaja gracias por iluminarme con el tema.
Menos mal que sí que sabía que se podía romper haciendo el cabra loca.
Siempre me he hecho la misma pregunta que David con lo de las bodas gitanas. ¿Qué pasa si la novia no tiene hímen o si al hacerle la prueba no se le rompe? ¿No hay boda?
Besotes!
Maryasexora dice
Bueno, pues mira, ya sabes una cosa más sobre el himen, que no todos son iguales. Aunque de cateta nada de nada, creo que es una creencia bastante extendida pensar que todos los hímenes son iguales.
Sobre las bodas gitanas ando igual de perdida que vosotros, no sé cuales pueden ser las consecuencias de no sangrar…
Besicos.
María E dice
El tema de la reconstrucción es bastante feo….se da en culturas islámicas y no sé si en alguna más, donde por supuesto la novia debe llegar con su himen impoluto. Para ello, hay reconstrucciones que se mantienen al parecer durante 2-3 días y otras que aguantan una semana o más. Por lo que, hay «maridísimos» que deciden esperar un par de semanas para tener la primera noche de bodas, y asegurarse de que el himen con el que se ha casado (porque no puede ser que se haya casado con una mujer, si sólo se interesa por su himen) está intacto.
Felicidades por el artículo!
Maryasexora dice
¡¡Puff!!
Madre mía, menudo panorama…
Gracias a ti por la visita y por animarte a dejar el comentario.
Besicos.