Karl Maria Kertbeny ha pasado a la historia por ser quien utilizó por primera vez el término «homosexual«. Este escritor, traductor y activista acuñó por primera vez esta palabra allá por 1868.
Karl Maria Kertbeny
Aunque Karl Maria Benkert, que ese era su verdadero apellido, nació en Austria, en concreto en Viena, el 28 de febrero de 1824, pasó casi toda su vida en Hungría. En 1827 el padre de Karl Maria, el escritor y pintor Anton Benkert decidió mudarse con su mujer, Charlotte Benkert née Graf, y sus dos hijos, Karl Maria y Emrich Karl a Budapest. ¿Por qué a Budapest? Porque allí es donde vivían sus padres, los abuelos paternos de Karl Maria, que regentaban una posada.
Se supone que otro de los motivos por los que regresaron a Hungría es porque Anton encontró trabajo como director de un hotel. Yo entiendo que no es que le saliese una oferta, sino que se hizo cargo de la posada de sus padres. Que la heredó, vaya. Aunque como este punto no me queda claro, no os lo puedo confirmar.
Lo que sí parece claro es que la familia Kenkert no estaba descalza. Lo que posibilitó que nuestro Ilustre del sexo tuviera unos buenos estudios. Y tras finalizar sus estudios en una escuela de la Orden del Císter (o cisterciense) en Eger, Hungría, entró como aprendiz en una librería de Györ.
Pero no os penséis que todo fue idílico en la vida de nuestro protagonista. La relación entre padre e hijo era cualquier cosa menos idílica. Es más, a tal punto llegó la cosa que, tras una pelea con su padre, Karl Maria decidió coger la puerta e irse de casa comenzando así un periplo sin rumbo.
Juventud viajera
Aunque he comentado antes que la familia estaba bien posicionada, nuestro protagonista se marchó de casa con lo puesto. Aún así, sin dinero, consiguió llegar de Hungría a Alemania pasando por Austria y la República Checa. Fue en Dresde, Alemania, donde Karl Maria se reencontró con el príncipe Hermann Ludwig Heinrich von Pückler-Muskau, al que conoció tiempo atrás cuando era aprendiz en la librería. Fue él, que había sido militar, quien le aconsejó que se alistase en el ejército, imagino que con la idea de que así consiguiera algo de dinero y estabilidad. Sea como fuere, tuvo que ser bastante convincente en sus argumentos porque decidió hacerle caso e ingresó en el 5º Regimiento de Artillería húngaro. Aunque en 1843 finalizó su carrera militar para comenzar la de escritor. Y la verdad es que fue bastante fructífero en su nueva profesión porque escribió más de 25 libros sobre diferentes temas.
Sin embargo, en 1846, cuando su padre murió después de perder casi toda la fortuna familiar, decidió resarcirse retomando su anterior «vida de mochilero». Y aunque una vez más se marchó de Hungría sin dinero, como la experiencia es un grado, para esta ocasión ya viajó tirando de contactos. De esta manera estuvo, entre otros muchos lugares, con el escritor Heinrich Zschokke en Suiza, en Francia con el poeta Heinrich Heine y en Londres con el filósofo, traductor e historiador Thomas Carlyle.
De Karl Maria Benkert a Karl Maria Kertbeny
En 1847, por recomendación del cronista alemán Karl August Varnhagen von Ense, Karl Maria decide cambiar su apellido. Este cambio se debe a que, al parecer, el apellido familiar sonaba demasiado germánico y Kertbeny tenía un aire más aristocrático húngaro. Y la verdad es que la jugada le salió bastante bien de cara a la revolución húngara de 1848 contra el Imperio Austriaco. Otro golpe a su favor, en este caso por su nueva faceta de traductor, fue que esta revolución despertó las simpatías y el interés de los intelectuales por la cultura húngara.
En 1868 utiliza por primera vez el término homosexual
En concreto, la utiliza el 6 de mayo de 1868. Esa es la fecha de la carta que le mandó nuestro ilustre al activista alemán Karl Heinrich Ulrichs. ¿Y cómo se sabe con tanta exactitud este dato? Porque la carta se encuentra en la Biblioteca Nacional Húngara.
A pesar de haber utilizado el término en esta carta, muchos consideran que realmente el término se acuñó un año después, en 1869. Su argumento es que en 1868 se hizo de manera privada. Es decir, fue una correspondencia privada entre Karl Maria y Ulrichs. Sin embargo, en 1869 la volvió a utilizar, esta vez de manera pública y anónima, en un panfleto contra el párrafo 143 del Código Penal prusiano. Dicho artículo, como os podéis imaginar, castigaba la homosexualidad.
Sin embargo, el término no se popularizó hasta 1886. Año en el que el psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing publicó Psychopathia Sexualis. Un tratado de referencia forense para psiquiatras, médicos y jueces sobre «patologías sexuales». A pesar de ser un tratado técnico y estar pensado y escrito para tal público, se convirtió en un best seller que se tradujo a varios idiomas y estandarizó términos como homosexual y heterosexual.
Richard von Krafft-Ebing sacó estas palabras de una obra de Gustav Jäger que, a su vez, los usó en su obra Die Entdeckung der Seele (El descubrimiento del alma). Y es que en un principio, Karl Maria iba a colaborar con un capítulo en ese libro, pero el editor de Jäger lo tiró para atrás por considerarlo demasiado transgresor. Así que, aunque no se quedó con el capítulo, sí que hizo uso de estas palabras.
Comienza su activismo
1869 también se puede considerar el año en el que empezó su activismo por los derechos de los homosexuales. A ese primer folleto de 1869 se le fueron sumando varios más en los que mantenía que esta ley violaba los derechos humanos. Sus principales argumentos eran tres.
El primero era que consideraba que el derecho penal no debía meter las narices donde no le importa. O dicho de otra manera un poco más fina, que las relaciones sexuales privadas y voluntarias no debían ser una cuestión de derecho penal.
Lo segundo era que consideraba la homosexualidad como algo innato y permanente de la persona. Esta idea se oponía firmemente a la opinión generalizada de la época que consideraban la homosexualidad como un acto de puro vicio.
El tercero era que pensaba que esta «caza de brujas» para lo único que servía era para chantajear a los homosexuales y que, en algunos casos, tal presión desembocase en un suicidio. Por desgracia, en este caso hablaba con conocimiento de causa. Uno de sus amigos de juventud, de la época de aprendiz en la librería, se suicidó por este motivo. Este hecho le marcó tanto que prometió defender los derechos de los homosexuales.
Muerte
Kertbeny murió en Budapest en 1882 con 58 años. Su tumba fue redescubierta en 2001 en el cementerio Kerepesi de Budapest por Judit Takács. Una socióloga que ha dedicado gran parte de su trabajo a investigar sobre nuestro ilustre. La comunidad gay puso una nueva lápida en la tumba y desde 2002 le colocan una corona.
También tiene un monumento en el memorial «Petõfi Sándor» de Sighisoara, Rumania.
Fuentes:
Carla Mila dice
No me puedo imaginar todos los problemas que le daría tratar el tema de la homosexualidad en aquella época.
En cualquier caso, en todo buen escritor, siempre hay una serie de vivencias que se aprenden viajando, este es un claro ejemplo.
Felicidades una vez más.
Y Feliz semana!
Carla Mila
Maryasexora dice
El suicidio de su amigo le marcó tanto que decidió luchar por los derechos de los homosexuales toda su vida.
Una vez más, mil gracias por tu visita y por tu comentario.
Besicos.
Ester Alvarez G. dice
Muy interesante el ilustre de esta semana. Gracias por hablarnos de él.
Besitos 😉
Maryasexora dice
Gracias a ti por pasar a leerlo.
Me alegro que te guste.
Besicos.
Alex dice
Si alguna vez paso por Sighisoara este sera mi segundo sitio en la ciudad donde dejare un arreglo floral!
Interesante personaje, desconocía su vida obra y su gran lucha!!
Maryasexora dice
Ojalá que pronto lo puedas visitar.
Me alegra saber que te ha resultado interesante la entrada.
Muchísmas gracias por tu visita.
Besicos.