Seguro que el origami te suena, pero no sé si conoces el kokigami. Si no es así, te animo a descubrir el origen de este arte/juego erótico de envolver el pene.
Me encanta envolver regalos porque me gusta imaginar la emoción de la otra persona al recibirlo, en los nervios por querer abrirlo y en su expresión al descubrir qué hay en el interior. Y justo de eso va el kokigami. De crear esa expectativa/morbo de ir desenvolviendo el «paquete».
Envolver un regalo es todo un arte y yo reconozco que abuso bastante de la cinta adhesiva. Por eso creo que no se me daría muy bien el kokigami, porque la combinación de pene y tira de plástico adhesivo no suena muy erótica.
Por suerte, a quien se le de estupendamente el arte de envolver en general y el kokigami en particular es a los japoneses, los creadores de este arte/juego erótico.
Origen kokigami
Cuando hablamos de los posibles orígines del shibari mencionamos un poco por encima la importancia en la cultura japonesa de envolver regalos. El grado de respeto y sentimiento que se le otorga a esta técnica es mucho más profundo del que tenemos o podemos imaginar en Occidente. Por mucho que nos guste envolver regalos.
Por eso no es de extrañar que el kokigami naciese en Japón allá por el Período Heian (794-1185).
Origen del término kokigami
Parece ser que la palabra kokigami proviene de las palabras «koki» (こき): un tipo de pañuelo que llevaban los actores japoneses alrededor de la cintura cubriendo la zona genital; y «gami» (がみ), que significa papel en japonés.
Y básicamente el kokigami se trata de eso, de envolver el pene con figuras confeccionadas de papel. Principalmente animales que representen poder y virilidad como por ejemplo, un caballo.
Ritual
Pero tan importante es saber envolverlo como desenvolverlo. De hecho, parte de la gracia de este juego estaba en saber desenvolverlo, a ser posible sin usar las manos, y de forma cuidadosa para no dañar «el paquete».
El kokigami era un juego sensual y sexual de la aristocracia japonesa. No se llegó a popularizar hasta que el precio del papel se abarató y pudo ser accesible para toda la población.
Tiempo después, con la restauración Meiji, dentro de las medidas introducidas para «modernizar» e industrializar Japón, se prohibió esta práctica por considerarla avergonzante. Por suerte, este juego volvió a resurgir en Estados Unidos.
Hoy en día, si te ha picado la curiosidad y tienes ganas, gracias a Burton Silver y Heather Busch y su libro de recortables para occidentales, Kokigami: The Intimate Art of the Little Paper Costume, puedes envolver de catorce formas diferentes tu «paquete».
¿Qué, te animas?
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