Desmitificando la masturbación

Con la sexualidad hay cientos de mitos y tabús. Bien, desde este rinconcito, me gustaría tratar algunos de ellos. En este caso, para inagurar esta serie de desmitificaciones, me he decidido por un clásico: La masturbación.

Entiendo que todos los presentes somos adultos (que para algo pongo el cartelito de advertencia) y sabemos de lo que hablamos, pero por si acaso, por puro formalismo, brevemente os diré que la masturbación no es ni más ni menos que la estimulación de los órganos genitales propios, ya sea con la mano o con cualquier otro medio, tal cual lo define la RAE. Bien, esta práctica acarrea muchísimos mitos porque nunca ha sido muy bien vista. Yo no voy a tratar todos esos tabús o mitos, porque me pueden dar las uvas del 2020, sólo voy a hablar de aquellas leyendas urbanas más arraigados en nuestra sociedad.

Mitos de la masturbación

Las mujeres no se masturban

Ja, ja y ja. Para que quede claro, esto es totalmente FALSO.

Por supuesto que nos masturbamos, pero otra cosa es que se lo contemos a los demás porque, por desgracia, todavía somos un poco mojigatos y parece que eso de que una mujer pueda darse autoplacer ofende a más de un macho alfa.

El primero que demostró de forma cuantitativa que la mujer se masturbaba, fue nuestro ya conocido amigo Alfred Kinsey y su informe Kinsey se divide en dos obras: Sexual Behavior in the Human Male (1948) y Sexual Behavior in the Human Female (1953). Bien, pues ya por 1953, repito, en el muy añejo 1953, Kinsey demostró que la mujer se masturba, menos que el hombre (o lo dice menos que el hombre), pero se masturba. Y hoy en día, mal que le pese alguno, nos seguimos masturbando.

Es cosa de adolescentes

FALSO. En la adolescencia es más frecuente, simplemente, porque es lo más accesible, pero cuando llegas a la edad adulta se sigue realizando. Es más, tengo entendido que algunos desvergonzados lujuriosos lo hacen en pareja, ¡¿Dónde vamos a llegar?! (Ironía ON)

Provoca eyaculación precoz

FALSO. Además, por si no lo sabéis, la masturbación suele ser un ejercicio que se realiza en el tratamiento de esta disfunción, porque ayuda a identificar el momento en el que se va a llegar al orgasmo y trabajar ese punto. Mucho cuidado que con esto porque NO quiero decir que masturbándose se solucione, hay que realizar el ejercicio bajo una serie de pasos que marcará el terapeuta. No nos vengamos arriba.

Ya que he colado el tema de la terapia, también aprovecho para decir que la masturbación se utiliza también para tratar el vaginismo. Es más, os animo a que la próxima vez que os masturbéis, porque ya ha quedado claro que lo hacemos, hacedlo con un espejo y así podréis aprovechar y echar un vistazo a nuestros genitales, que mal que me pese, alguna no sabe ni cómo son.

Los mitos más rancios

Para ir finalizando, voy con los tres mitos más rancios y que más gracia me hacen.

El primero es aquel que afirma que te salen granos. FALSO. No sé ni de donde vendrá esta teoría, ni si tengo ganas de saberlo. Mi propia teoría es que, supongo, que como la masturbación tiene su auge en la adolescencia y es la época en donde más de uno acaba con la cara acribillada de espinillas, pues sacaron la relación de ahí, vamos, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…

Vamos con la siguiente. Creo que esto lo han escuchado todos los varones de más de treinta años de este país: Si te masturbas te vas a quedar ciego. Pues NO. Este ingenio parece ser que tiene su origen en la idea de que al eyacular se provocaba la pérdida de vitamina A, la cual ayuda a la vista.

Y la última creencia rancia es: Te va a salir vello en las manos. FALSO. Salvo que seas un hombre lobo, que en ese caso imagino que tus preocupaciones serán otras, no te pueden salir pelos en las manos, básicamente, porque en las palmas de las manos no hay folículos pilosos.