Lencería para dejar volar la imaginación

Esta semana, más que un juguete, os traigo tooooodo un catálogo de posibilidades para que os perdáis por el maravilloso mundo de la lencería.

La lencería ofrece un sin fin de posibilidades, yo sólo voy a mostrar aquí una ínfima parte de este mundo. Mi idea es que los más despistados o menos duchos en este tema, se adentren también un poco él.

La foto que he puesto al principio, corresponde, como imagino que ya sabréis, a un liguero. Los ligueros siempre son un valor seguro, ¿por qué? Por lo inusual que son. Nadie suele llevar esta prenda porque no es muy cómoda, y ya sabemos que lo inusual suele despertar, como poco, curiosidad. La función del liguero es sujetar las medias a través de unos elásticos que sujetan la parte de delante y la de atrás. La gracia de esta prenda, es jugar con esos elásticos, soltarlos, quitar la medias…

La sección de tangas y braguitas es casi infinita, así que yo sólo os dejo una mínima muestra: Culote Abierto Satinado con Lacitos. De esta parrafada, las palabras claves a recordar son: culote y abertura.

Conjuntos de dos piezas (sujetador y braguita) hay para todos los gustos. No voy a entrar en este tema porque pienso que lo mejor es que os adentréis vosotros mismos.

Otra opción en esto de la lencería, es la comestible, la lencería de caramelo. No es muy erótica, pero es perfecta para los más golosos y juguetones porque ofrece mucho juego y diversión.

Hay una complemento, que más que prenda, es eso, un complemento, me refiero a los cubrepezones. Como os podéis imaginar, la función de esta miniprenda, es guardar a buen recaudo los pezones. Digamos que hay dos opciones, una para los más clásicos, los que todos podemos tenemos en mente, aquellos que tienen una borla, y luego están los más artísticos, los que están formados con pedrería.

Lencería para hombre también hay, pero no nos engañemos, en este terreno no se ha invertido mucho en I+D. La idea de lencería erótica masculina suele ser boxer de colores chillones o tangas también chillones y punto.

Como habéis visto, he sido muy breve y concreta, porque la gracia de la lencería, es que cada uno lo descubra por sí mismo, porque mientras que algunos pierden el sentido por un buen conjunto, otros pueden salivar simplemente escuchando la palabra liguero.