Cuenta la leyenda que hace unos 200 años, en la India, vivió una mujer llamada Nangeli. Una muchacha que prefirió cortarse los pechos antes que someterse al mulakkaram.
Empecemos por el principio de esta historia. Comencemos explicando qué es eso del mulakkaram. El mulakkaram o breast tax se puede traducir como el impuesto de/a los pechos. Y es que hubo un tiempo en el que, en la India, si eras mujer, tenías que pagar un impuesto si te querías tapar el pecho.
Bueno, había un impuesto para eso y para otros cientos de cosas más. Por las cosechas, para poder llevar joyas, por si uno quería dejarse crecer el bigote… ¿Y todo esto por qué? Digamos que porque la clase alta de la India quería mantener su nivel de vida pero sin dar palo al agua. Y no se les ocurrió una forma mejor para conseguirlo que estrujando a los menos pudientes. Vamos, machacando a impuestos a las llamadas «castas inferiores».
Con esta serie de impuestos, los reyes de la región de Travancore, lo que hoy sería el estado de Kerala, se aseguraban de dos cosas. Por una parte de que en sus arcas siguiese entrando dinero sin mover un dedo y, por otra, de demostrar quien mandaba, de mantener el sistemas de castas.
Y es que el mulakkaram era un impuesto que solo se aplicaba a las mujeres de casta inferior. Las mujeres de clases superiores, en cambio, podían taparse el pecho sin problema. Ir con el pecho al descubierto o no era una cuestión de status.
Pero no solo era una cuestión de status, también de respeto. Se consideraba que ir al descubierto era una manera de demostrar respeto ante las castas superiores. Aunque personalmente, más que respeto me suena a vasallaje.
La leyenda de Nangeli
Ahora que ya estamos más o menos situados en el contexto histórico, vamos con la leyenda de nuestra Ilustre. Aunque ya os avanzo que es muy breve porque casi no hay información.
Nangeli vivió en Cherthala, una ciudad del estado de Kerala, y pertenecía a la casta Ezhava. Una casta que, aunque era de clase media, tenía que pagar este impuesto.
Cuando el parvathiyar, el recaudador de impuestos, se presentó en su casa para cobrar, ella se negó. Entró en casa, cogió una hoz y se mutiló los senos. Acto seguido salió y se los ofreció al parvathiyar en una hoja de plátano. Él, ante aquella visión huyó despavorido.
Pero el acto de rebelión le costó muy caro a nuestra protagonista. Cuando su marido volvió a casa, ella ya estaba muerta. Se había desangrado. Durante los funerales, consumido por el dolor, el marido saltó a la pira funeraria de Nangeli ardiendo con ella.
En las distintas páginas que he consultado, se menciona que Chirukandan, su marido, es el primer caso de satí (práctica en la que la viuda se inmola en la pira funeraria del difunto marido) realizado por un hombre, aunque yo no he encontrado nada sobre ello. No he podido contrastar ese dato.
Tras la muerte de nuestra protagonista se desencadenaron una serie de protestas y revueltas que contribuyeron a que finalmente este impuesto fuera anulado. Y el lugar donde vivió se empezó a conocer como Mulachiparambu. La tierra de la mujer de los pechos.
¿Por qué se conoce tan poco de Nangeli?
Porque no forma parte de la «historia oficial». No se encuentra en los libros de historia de la India. Pertenece a la cultura popular. Se trata de una leyenda que se ha contado de generación en generación de manera oral. Por lo tanto, no hay documentos que puedan corroborar o no la historia. Más allá del acto de su marido que, al parecer, sí que está probado pero que yo no he podido encontrar.
¿Eso significa que es mentira? No tiene por qué. Simplemente que no consta nada de ella. Un hecho que tampoco es extraño viniendo de un país como la India donde las mujeres eran y siguen siendo población de segunda.
¿Por qué he rescatado esta leyenda?
Porque para eso creé la sección Ilustres del sexo. Para dar a conocer a aquellas personas que, aunque no siempre están en los libros de historia, merecen no caer en el olvido. Y Nangeli está cayendo en el olvido.
Han pasado poco más de doscientos años de aquello, que en historia no son nada, y como cuenta el Dr. Ajay S Sekher en su blog, la propia gente de la ciudad de Cherthala está empezando a olvidar a Nangeli y su leyenda. Y este es el motivo por el que, sin seguir mucho la línea de nuestros Ilustres, la he traído aquí. Porque su historia no merece caer en el olvido.
Fuentes:
Carla+Mila dice
Curioso artículo.
Lo cierto es que no lo había leído ni escuchado jamás el caso de esta mujer.
Me parece más que interesante!
Gracias un lunes más por compartir
Feliz semana!
Saludos.
Maryasexora dice
Me alegro que te haya resultado interesante.
Feliz semana!
Besicos.
Ester Álvarez G. dice
Gracias por recuperar la historia de Nangeli. Yo tampoco la conocía… Desde luego muy fuerte y absurdo lo del impuesto ese, madre mía. 🙁
Por cierto, parece que hoy nos hemos puesto de acuerdo a la hora de escribir sobre mujeres borradas de la historia. 😉
Besitos!
Maryasexora dice
Se ve que lo de crear impuestos para machacar a la población viene de lejos…
¡Sí! ya he visto que también has hablado de una de las Ilustres, Agnódice. Cuanta más gente demos voz a estas historias, mejor. Así evitamos que caigan en el olvido.
Besicos.