Hablamos de los olisbos, los parientes lejanos de los dildos. Artilugios fálicos que usaban las mujeres de la antigua Grecia para darse sus alegrías. Porque sí, nosotras también nos masturbamos y lo hacemos desde hace siglos.
Breve fragmento de «La vida de Mary»:
- ¿Qué han hecho los griegos por nosotros?
- ¡Las Olimpiadas!
- ¡La filosofía!
- ¡El concepto de democracia!
- Bueno, vale, sí, todo eso está muy bien. Pero además de las Olimpiadas, la filosofía y las bases de la democracia, ¿qué más han hecho los griegos por nosotros?
- ¡Los consoladores!
- ¡¿Los qué?!
Los olisbos
Los olisbos eran objetos de forma fálica que solían incluir hasta los testículos que se elaboraban en distintos materiales, normalmente piedra, cuero o madera. Con estos olisbos, las mujeres de la antigua Grecia disfrutaban de las maravillas del autoplacer.
Eso sí, a pesar del pequeño diálogo del principio no, los dildos no los inventaron los griegos. Simplemente me apetecía hacer este pequeño guiño humorístico a La vida de Brian. Y sí, también colar el meme. Que nunca está de más recordar ciertas cosillas.
Los dildos existen desde tiempos inmemoriables. Para que os hagáis una idea, el más antiguo que se conoce hasta la fecha se descubrió en la cueva Hohle Fels, en Alemania, y se estima que tiene unos 28.000 años de antiguedad, año arriba, año abajo. Casi ná.
Representaciones de olisbos
Aunque los dildos no los inventasen los griegos, sí que hicieron buen uso de ellos. Los olisbos gozaron de bastante fama y popularidad entre las griegas. A pesar de que en un principio, seguramente, estos olisbos se fabricaban bajo demanda pues no dejaban de ser un artículo de artesanía, poco a poco sus virtudes fueron corriendo como la pólvora. Así, lo que en un inicio era un disfrute de unas pocas, se acabó convirtiendo en un producto estrella.
Conocemos los olisbos gracias, entre otras cosas, a los restos arqueológicos que han llegado a nuestros días. Claro que estas representaciones no siempre se han visto o, mejor dicho, no se han querido ver así. Como ya sabemos, a lo largo de la historia, la sexualidad de la mujer siempre se ha visto un poco ninguneada. Esa visión de seres de luz que no pueden ni deben masturbarse ni sentir placer ha hecho mucho daño. Y a día de hoy, todavía hay gente a la que le cuesta asumir este hecho.
Explicación simbólica
Quizá por ese intento de querer maquillar la realidad, muchas veces se han interpretado estas representaciones como algo simbólico. Como objetos que simplemente eran utilizados en rituales de fertilidad. Y no dudo que en ciertas ocasiones fuese así porque la asociación falo-fertilidad es tan antigua como los dildos. Pero hay cosas que chirrían un poco. Como, por ejemplo, esta representación de una mujer con dos olisbos en una posición que deja poco para la imaginación.
No sé, quizá será porque ahora la gente se conforma con ponerle un par de velitas al santo de turno y listo, pero creo que meterse dos dildos por el culo es una ofrenda un tanto excesiva. Aunque tampoco se me ocurren razones por las que ponerle una vela a una imagen vaya a ser más efectivo. Así que pensándolo un poco, visto que la efectividad puede ser la misma, tampoco es tan mala idea la de los dildos y «que me quiten lo bailao».
Olisbos en la literatura
Si las representaciones en copas, vasijas… pueden generar ciertas dudas sobre el uso de los olisbos, la literatura lo deja bastante clarito. En distintas obras se menciona y/o se describen estos primigenios juguetes eróticos.
Lisístrata
Parece ser que «los distribuidores oficiales» de olisbos se encontraban en Mileto. Así nos lo cuenta Aristófanes en esta divertidísima comedia que ya os recomendé y que os vuelvo a recomendar leer.
LISÍSTRATA. Y ni siquiera de los amantes ha quedado ni una chispa, pues desde que los milesios nos traicionaron, no he visto ni un solo consolador de cuero de ochodedos de largo que nos sirviera de alivio «cueril»*.
Lisístrata, de Aristófanes
*De cuero.
Sofrón de Siracusa
Otro escritor que dejó constancia del uso de estos objetos fue Sofrón de Siracusa. Lo lamento pero por más que he buscado en cuál de sus textos aparecía la cita en cuestión, he sido incapaz de encontrarlo. No obstante, os dejo este fragmento de «La comicidad de lo obsceno en los fragmentos de Sofrón» escrito por Javier Verdejo Manchado donde se hace referencia a esa cita:
Otro claro juego de palabras con doble sentido obsceno, esta vez referentea los consoladores, lo encontramos en el fr. 23: —Ἐντί ποκα, φίλα, τοίδε τοὶμακροὶ κόγχοι; —σωλῆνές θην τοῦτοί γα, γλυκύκρεον κογχύλιον, χηρᾶν γυναικῶνλίχνευμα, “—Entonces, ¿qué son, querida, estas conchas largas? — Lo que es esas con navajas, por cierto, un molusquito de sabrosa carne, golosina de viudas.
La comicidad de lo obsceno en los fragmentos de Sofrón, de Javier Verdejo Manchado
Herodas
Para finalizar, os dejo con un diálogo del Mimo VI de Herodas. Un poeta griego que narraba la vida cotidiana de sus convecinos en tono humorístico a través de breves escenas en verso, lo que se conoce como mimiambos.
El Mimo VI en concreto, es una conversación entre dos amigas. Bueno, más que una conversación se trata de un pequeño interrogatorio de una de ellas, Metro, para averiguar dónde ha adquirido la otra amiga, Koritto, su baubon. Baubon es como se llama a los dildos en esta obra.
La conversación que reproduzco a continuación pertenece al libro de Alberto Angela titulado «Amor y sexo en la antigua Roma» .
METRO: Te ruego que no me engañes, querida Koritto, ¿quién ha sido el que te ha cosido el baubon escarlata?
KORITTO: Y tú, Metro, ¿dónde lo has visto?
METRO: Lo tenía Nosis, la hija de Eurina, el otro día. ¡Oh, un bonito regalo!
KORITTO: ¿Nosis? ¿y de dónde lo había cogido?
METRO: Me dejarás en mal lugar si te lo digo.
KORITTO: Te lo juro por estos dos ojos, querida Metro: por boca de Koritto nadie escuchará lo que digas tú.
METRO: Eubule [es un nombre de mujer] se lo dio y le suplicó que no dijera ni una palabra a nadie.
KORITTO: (visiblemente airada) ¡Mujeres! Un día de estos esa mujer me va a matar. Yo me apiadé de ella, porque no hacía más que suplicarme, y se lo di [el baubon], ¡antes de servirme yo misma de él! Y ella como si fuera cosa de escaso valor, lo agarra a toda prisa y se lo da incluso a quien no debe. Pues me despido de una amiga como esa… Por mi cuenta estoy a punto de decir una más gorda de lo que conviene a una mujer, pero mejor que no sea escuchada, oh, Adrastea [divinidad que castiga los excesos], ¡aunque tuviera mil, no le daría ni uno, ni siquiera si fuera rugoso!
METRO: No dejes que la mosca se te suba tan rápido a la nariz… Pero para volver a lo que te he recordado para puntualizar, ¿quién lo ha cosido? Si me quieres, dímelo. ¿Por qué me miras y sonríes? ¿Qué son esas maneras delicadas? Parece como si no me conocieras, como si nos hubiéramos encontrado por primera vez. Te lo suplico, Koritto, no vuelvas a engañarme… dime quién lo ha cosido.
KORITTO: Oh, ¿por qué me suplicas? Lo ha cosido Kerdón
METRO: ¿Qué Kerdón?[…]
KORITTO: El Kerdón que yo digo es uno que viene de Quíos […] calvo y bajito. Trabaja en su casa, vendiendo bajo cuerda, como bien sabrás. Su trabajos, sin embargo, ¡menudos trabajos son! Vino a verme y traía dos, Metro, y yo, tengo que admitirlo ya que estamos solas, cuando los vi mis ojos se abrieron como platos por el deseo: ¡los hombres no los tienen tan erectos! Y además no sabes lo suaves que son… ¡tienen la suavidad del sueño! Y las cintas son de lana, no cuerdas de cuero.
Amor y sexo en la antigua Roma, de Alberto Angela
Fuentes
- www.antiquitatem.com
- www.historsex.blogspot.com
- Verdejo Manchado, Javier (2011): La comicidad de lo obsceno en los fragmentos de Sofrón.
Carla Mila dice
Excelente y siempre curioso artículo.
Gracias por compartir tan interesantes posts.
Feliz semana! Y…. Saludos
Maryasexora dice
Gracias a ti por la visita.
¡Feliz semana!
Besicos.
Ester Álvarez G. dice
¡Uy! No me puedo creer que se me había pasado este post tuyo. O_O
Estupendo saber que se llamaban olisbos a los dildos de la Antigua Grecia. 😉
Besitosss
Maryasexora dice
Jajaja, más vale tarde que nunca.
Gracias por la visita.
Besicos.