¿Qué tienen en común una fiesta pagana romana, un mártir cristiano y el día de los enamorados? Aunque hoy celebramos el 14 de Febrero con flores, bombones o cenas románticas, el origen de San Valentín dista mucho de ser un cuento de hadas…
El verdadero origen de San Valentín: la fiesta pagana de Lupercalia
Toda esta historia comienza con la Lupercalia, una festividad pagana romana que se celebraba cada 15 de febrero. Ese día, un grupo de jóvenes se reunía en la cueva Lupercal, el lugar donde, según la leyenda, la loba Luperca amamantó a Rómulo y Remo. De ahí el nombre de la fiesta.
Lupercos y rituales
¿Qué se hacía en la cueva Lupercal?
Para empezar, sacrificar un animal: un perro, una cabra… ¿Por qué? Porque con la sangre del animal sacrificado, un sacerdote untaba la frente de los jóvenes y luego se la limpiaba con lana empapada en leche. Este era un ritual de crecimiento y purificación. Eran limpiados por lo mismo con lo que fueron amamantados los fundadores de Roma: Rómulo y Remo.
Después de este ritual, los lupercos, nombre que se daba a estos jóvenes, despellejaban a los animales sacrificados para hacerse taparrabos y látigos con su piel.
¿Y cuándo comienza la diversión?
Ahora.
Desnudos y cubiertos solo con estos taparrabos, recorrían el pueblo azotando a todo aquel que se cruzara en su camino, especialmente a las mujeres…
Hay que decir que, en general, la gente no ponía muchas pegas a ser azotados porque lo consideraban algo purificador. Y en particular, ellas no ofrecían mucha resistencia porque se pensaba que estos azotes, además de purificarlas, las hacían más fértiles.
Tras los azotes, la celebración continuaba con un festín regado con vino. Y entre los taparrabos, los azotes y el alcohol, una cosa llevaba a la otra y bueno… ya sabes, nadie entiende más de orgías que los romanos.
¿Y el romanticismo?
Aquí llega la gran pregunta: si el origen de San Valentín es una fiesta pagana que terminaba en sexo, ¿dónde está el amor y qué pinta un santo en todo esto?
Pues en que, “con la Iglesia hemos topado”.
El San Valentín sacado de la manga
Fue el Papa Gelasio I quien se sacó de la manga al famoso San Valentín. A este Papa, eso de que las fiestas paganas acabaran en sexo, pues como que no le gustaba demasiado. Así que decidió prohibirlas directamente. Publicó un decreto contra todas las fiestas paganas.
Pero claro, eliminarla no fue tan fácil. Que a él no le gustase la Lupercalia, no significaba que la gente estuviera dispuesta a renunciar a su fiesta.
Cristianizando Lupercalia
Así que Gelasio pensó: si no puedes con ellos, únete… pero a tu manera.
¿Cómo lograr que la gente siguiera celebrando su día de fiesta, pero sin sexo? Cristianizando la festividad. Le dio un giro al concepto: en vez de rendir culto a la fertilidad con látigos y vino, ahora se honraría a un mártir cristiano.
— Muy bien, Gelasio. Buen plan. Pero, ¿a quién honramos?
— Yo qué sé, alguno me inventaré…
¡Ojo! Lo de inventar no lo digo por malmeter (Dios, me libre 😅). Lo digo porque el origen de San Valentín no está nada claro. Se sabe que hubo varios Valentines mártires, pero todos parecen converger, más o menos, en la versión oficial de Gelasio I.
San Valentín, el resurgir de un mártir
Según esta versión oficial, San Valentín era un sacerdote que ejercía su oficio en Roma en tiempos del Emperador Claudio II, y al que decapitaron un 14 de febrero.
¿El motivo? Pues que Claudio no era muy fan de que los jóvenes soldados se casaran. Pensaba que los casados eran menos eficaces en el campo de batalla. Su razonamiento era simple: al casarse y formar un vínculo con alguien, la fogosidad en combate se reduce. Uno se vuelve más cauto y deja de hacer heroicidades kamikazes porque, claro, quiere volver a casa con su persona amada.
Pero Valentín consideró que esa prohibición era injusta y decidió pasársela por el forro. Él siguió casando en secreto a los jóvenes soldados que así lo querían, hasta que Claudio se enteró y lo mandó encarcelar. Tras unas cuantas torturas cortesía del Imperio Romano, finalmente ordenó su decapitación el 14 de febrero del año 270.
Y así fue como el Papa Gelasio I, unos siglos después, decidió fijar esta fecha para honrar a San Valentín, el «rebelde del amor». De esta forma, la gente seguía teniendo algo que celebrar en febrero y la Iglesia lograba convertir, poco a poco, una fiesta más bien sexual en la exaltación del amor romántico por excelencia.
¿San Valentín existió realmente?
Quizá la leyenda sea real, o tal vez no. A mí me resulta un poco cogida con pinzas y, en mi defensa, tengo que decir que no soy la única que tiene dudas sobre el origen de Valentín. De hecho, en 1969, el Papa Pablo VI decidió retirar esta festividad del calendario católico porque no estaba muy claro el origen de este Santo y de esta historia.
En fin, real o no, el caso es que los restos mortales de San Valentín (o de a saber quién…), se encuentran en una Basílica que lleva su nombre en la ciudad italiana de Terni. Por si algún día te da por hacer turismo religioso…
Y hasta aquí esta historia sobre el origen de San Valentín. Si aceptas un último consejo, déjate de bombones y flores ¡Recupera el espíritu original de esta fiesta! (guiño-guiño, codazo-codazo, taparrabos-látigo).
Como nos la jugaste, Gelasio. Jamás te lo perdonaré. Jamás.
Atribuciones:
La foto de portada es un grabado del Atlas de Roma de Michiel Hinloopen y se reproduce bajo licencia Creative Commons CC0 1.0 Universal Public Domain.
Artículo redactado 100% libre de IA, casi libre de inteligencia pero con un 100% de humanidad.
Fuentes:
- López-Cuervo Garrido, M. (1995): “Una carta del papa Gelasio (492-496) contra una fiesta popular”, Gazeta de antropología, 11. Enlace al artículo.
- Rosemary Guiley (2001). The encyclopedia of saints. Enlace al libro.
Si ya mi santa madre lo decía. «Eso es un invento de El Corte Inglés»; pero quien lo desee celebrar, adelante. Mis respetos a cualquier buena intención!
Feliz lunes, feliz semana, y gracias por compartir!!!!
Yo también creo que es más bien un invento para seguir consumiendo, pero también es cierto que se puede celebrar sin gastar un duro. Lo importante es tener un detalle, ya sea este día en concreto o cualquier otro.
Besicos
Ni con una relación de más de 8 años a mis espaldas he celebrado nunca el Sam va lentín, así que mira tú mi incredulidad con esta celebración. Casi que lo mejor del de este año ha sido leer tu entrada: no tenía ni idea, pero me ha molado concoer la fiesta pagana, la historia, el mito y la maldita cristianización que tanto ha machacado otras culturas. Arg.
Quitando la parte del sacrificio animal, molar, me mola más lupercalia. Látigos, taparrabos, cena, vino, aquello que se empieza a desmadrar…
En fin, nosotros tampoco celebramos San Valentín, pensamos que cualquier día es bueno para tener un detalle con la pareja.
Besicos.
Tenía razón Holden, tu análisis es bastante más real que el mío jajaja
Al final es eso, que cada cual lo celebre a su manera y si es todos los días mejor que mejor…
Saludos.
Lo primero es darte las gracias por la molestia de pasarte a leer este humilde rincón. Y lo segundo, yo me he centrado más en el origen y tú has retomado la leyenda un poco más adelante.
Pero sí, lo importante aquí es celebrarlo y si es todo los días, mejor que mejor.
Un saludo
Muy interesantes como siempre tus investigaciones. Yo me quedé en el apunte de Lupercalia en mi post de San Valentín, pero es que como empiece a hablar de iglesia y ‘meterse por medio’ me enciendo, jajajaja.
Besotes.
Sí, vi que hiciste una pequeña referencia en tu post de ideas para regalar en San Valentín
Ya sabes que a mí una buena historia me pierde, aunque la iglesia ande metida por medio, jajaja.
Como siempre, un placer verte por aquí.
Besicos.