¿Sabías que San Nicolás, además de ser el patrón de los niños y los marineros, también es el protector de las prostitutas?
OH, OH, OH! Esta nueva entrega de Sexo divino no te la esperabas, ¿eh?
Supongo que, si te hablo de un señor con barba blanca, regordete, que viste de rojo y que reparte regalos en Navidad, te viene a la mente un tal Papá Noel, ¿no? O quizá le llames Santa Claus, no es lo importante. Pero, ¿y si te pregunto por un obispo del Siglo IV, famoso por su generosidad y conocido por ser el patrón de las prostitutas? ¿Sabrías quién es?
Pues resulta que es la misma persona. San Nicolás, el obispo del Siglo IV que inspiró la creación de Papá Noel, no solo es famoso por repartir regalos, sino también por ser el patrón de las prostitutas.
San Nicolás de Bari
San Nicolás es también conocido como San Nicolás de Bari, el lugar donde reposan sus restos. O como San Nicolás de Myra, ciudad donde fue obispo. Nació en Patara, una pequeña ciudad costera de la actual Turquía.
Su padre era un hombre de negocios al que no le iba nada mal. Pero además, sus padres eran cristianos de bien. No como los que solo van a misa los domingos y, el lunes, miran por encima del hombro a quien está pidiendo en la puerta del súper. Eran de los que ayudaban a sus vecinos con donaciones y otras obras de caridad.
Algo le debió de calar el mensaje y el estilo de vida de sus padres porque cuando ellos murieron y se quedó huérfano siendo sólo un niño, en vez de dilapidar la herencia, se dedicó a donar el dinero a aquellos que más lo necesitaban y se ordenó como sacerdote.
¿Por qué San Nicolás es el patrón de las prostitutas?
En verdad, poco se sabe de la vida de este generoso obispo. La mayoría de los relatos que se cuentan sobre él comenzaron a escribirse bastantes años después de su muerte. Y ya sabemos lo que nos gusta adornar una historia con el paso del tiempo…
Existe una leyenda, una de las más populares de San Nicolás, por la que algunos le consideran el patrón de las prostitutas. Sobre esta leyenda hay varias versiones, aunque básicamente todas cuentan más o menos lo mismo.
Estando Nicolás en Myra, llegó a sus oídos que un vecino estaba considerando entregar a sus tres hijas a la prostitución. ¿Por qué? Pues porque como no tenían dinero, no podían pagar una dote y sin dote, ninguna se podía casar.
Cuando se enteró del posible futuro de las tres chicas, Nicolás llenó una bolsa con monedas de oro, esperó a que se hiciera de noche y la lanzó por una de las ventanas abiertas de aquel vecino. Gracias a ese dinero, el hombre pudo entregar una dote y casar a su primogénita.
Pero no contento con eso, repitió este gesto dos veces. De esta manera, se aseguró que todas pudieran tener una dote y ninguna acabara en la prostitución.
Chimeneas, calcetines y regalos
Hay versiones que adornan un poco más la historia diciendo que la bolsa la lanzó por la chimenea en vez de por la ventana. Y otras que cuentan que, al caer por la chimenea, las monedas cayeron dentro de los calcetines que estaban tendidos cerca del fuego.
Por eso, cada 6 de diciembre, la fecha de su defunción, los cristianos celebran su santo y los niños dejan sus calcetines esperando algún regalo.
Ahora, con esta historia, no sé si te he destrozado tu infancia o no, pero tampoco vayas por ahí repartiendo estampitas de San Nicolás a quienes ejercen la prostitución, porque, reconozcámoslo, como origen del patronazgo, esta historia está un poco pillada por los pelos…
Sea como sea, si decides dejar tus calcetines, asegúrate que estén limpios, que la generosidad tiene un límite.
¡Felices Fiestas!
Atribuciones:
La foto de portada es de Monstera Production y pertenece al banco de imágenes Pexels con licencia de uso gratuito CC0.
Artículo redactado 100% libre de IA, casi libre de inteligencia pero con un 100% de humanidad.
Fuentes:
- Collins, Ace (2009). Stories behind men of faith. Enlace al libro.
- The Life of Saint Nicholas the Wonderworker. St. Nicholas Center. Enlace al artículo.
- San Nicolás de Bari, obispo de Mira. Vatican News. Enlace al artículo.
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