¿Qué es un sex shop?
Traducido literalmente es una tienda de sexo, pero personalmente, prefiero otras definiciones como tienda erótica o tienda de juguetes eróticos.
Un sex shop es más que una tienda con luces de neón donde se va a comprar el típico artículo de broma para una despedida de soltero. Sí, efectivamente, muchas mantienen ese rollo de lucecitas de colores, (un poco rancio para mi gusto) y en casi todas encontraréis artículos graciosos para ponerse en la cabeza y lucirlos en despedidas. El problema, es que muchos sólo entran en un sex shop para hacer esas compras y se acabó. Y esa idea pasa a formar parte de la cultura popular: un sex shop es sólo para comprar muñecas hinchables y/o diademas con penes.
¿Cuál es el hándicap de los sex shop?
El qué dirán. La necesidad del individuo de quedar bien ante los demás, de comportarse tal y como se supone que debe hacerlo. La idea de no salirse del redil. En general, se acepta que se entre a estas tiendas para hacer ese tipo de compra festiva, pero ya está. Si tu idea no es salir de allí con una diadema-pene en la cabeza, automaticamente pasas a ser un ser adepravado, pervertido sexual, insatisfecho y no sé cuantas cosas más. Pues no saben lo que se están perdiendo…
Personal de los sex shop
Las tiendas eróticas, suelen ser locales regentados por personas que estarán encantados de atenderte y de aclarar cualquier duda que tengas. A ver, que siempre puedes ir a una y encontarte con el típico cafre, no te digo que no, pero lo normal es que te acompañen amablemente (no tipo acoso de tienda de chino), te asesoren y te dejen probar los juguetes.
En lo referente al personal de las tiendas, quiero hacer una pequeña reflexión. Recientemente leí el post de Euphoria, sobre «lo que debería ser un sex shop», en su blog Placer entre líneas. En este artículo ella contaba su experiencia en estas tiendas y cómo entendía ella que debe ser un sex shop. Su post, que os recomiendo leer y que por ello os he dejado enlazado el título, me hizo cuestionarme la misma pregunta: ¿Cómo debe ser un sex shop?
Desde mi punto de vista, lo más importante en estas tiendas es la cercanía y la confianza. Sin estas dos cualidades, nadie se sentirá cómodo para preguntar o resolver cualquier duda. Recordad que no estamos hablando de ir a comprar el pan y decidir entre una barra de masa madre o una de masa congelada. Estamos eligiendo productos que nos vamos a introducir o poner en nuestras zonas íntimas.
Reflexión personal
Aunque la cosa está cambiando, antes estas tiendas solían estar regentadas por «modernitos sexys«. Personas con una estética muy radical, nada convencional. Gente que imagino que transmite modernidad y belleza, pero que pueden hacer que gente muy mainstream, como servidora, se echen un poco para atrás.
No tengo nada en contra de «los modernitos», salvo de los que sólo toman café en Starbucks, porque eso no es café, os pongáis como os pongáis.
Creo que esa elección de esta estética modernita, en parte, es un prejuicio. Para mí lo que transmite es: esto es sólo para gente moderna, no para cualquiera. ¿No sé si me explico?
Os pongo un ejemplo que me ocurrió hace tiempo. Después de estar un largo rato hablando con una de las chicas de una conocidísima juguetería de Madrid, la muchacha me soltó un «pues sí que engañas tú«. Yo en ese momento me reí, pero luego me entró un poco el reconcome. ¿Qué pasa?, que una chica de treinta y «ná», con cara de buena, en vaqueros y deportivas ¿no puede comprar un juguete? ¿no folla?
Entre la estética de algunos locales, el perosnal y el qué dirán, se crea un combo perfecto para que mucha gente no quiera ni oír hablar de estos sitios. Y es una pena, la verdad, porque en muchos de ellos, además de asesorarte y comprar tus juguetes, realizan talleres gratuitos para mejorar la vida sexual.
¿Compra online o tienda física?
Hoy en día, con internet, tienes a tu disposición miles de tiendas eróticas online. Estas tiendas tienen sus grandes ventajas y sus inconvenientes. Las ventaja más evidente es que te quitas de encima el miedo a que tu panadero, ese que sabe que te gusta el pan de masa madre, descubra también que te gustan los juguetes sexuales. Además, lo puedes mirar cuando te de la gana y donde te de la gana, salvo en el trabajo. Desde ya, desaconsejo hacer cualquier tipo de compra en el trabajo, independientemente de que se trate del Ulises de James Joyce o del masturbador Hand Solo. Otra ventaja es la rapidez y la discreción de estas webs, ya que normalmente, en unos dos o tres días lo tienes en tu casa.
La principal desventaja de estas tiendas online es la pérdida de esa cercanía y ese asesoramiento. Normalmente, a la hora de adquirir cualquier juguete, te viene una descripción genérica (de catálogo) y listo. Cierto es que en casi todas disponen de medios de contacto para hacerles llegar cualquier duda que se os plantee, pero ya no es lo mismo, porque la respuesta no es inmediata y en algunos casos, los menos, ni hay respuesta.
Bueno, pues hasta aquí mi alegato en favor de los sex shop. Si os habéis quedado con ganas de más, os animo a leer la defensa que realicé sobre los juguetes sexuales en el blog de Mansion du Placer.
Y si tenéis alguna duda o algún sex shop quiere fichar a una muchacha simpática y muy mainstream, ya sabéis donde encontarme.
Estoy contigo. No soy nada amiga de los sexshop que parecen muestrarios de neones, con cristales tintados y entradas casi clandestinas, que hacen la compra de lo más depravado aunque hayas entrado para comprar tu primer preservativo. Sólo he entrado un par de veces en sitios así y fue para comprar artículos para una despedida de soltera, no descarto que quien atienda la tienda sea de lo más competente, pero el ambiente que parece respirarse incluso antes de entrar no hace que sientas que sea algo natural, sino algo de lo que avergonzarse.
Desde hace años compro todo online o bien en una pequeña tienda erótica de mi ciudad, con un cuidado escaparate, variedad de productos y una atención formidable. Porque como dices, cuando compras cosas que acabarán viviendo algo realmente íntimo contigo, esperas sentirte cómoda 🙂
¡Gracias por el comentario!
Yo he estado en alguno de luces de neones y he tenido esa sensación de estar haciendo algo sucio o vergonzoso.
Un saludo
Estoy completamente de acuerdo con tu post. Donde vivo abrieron un sexshop hace un par de años, y aunque no tiene luces de neón, tiene un escaparate con un maniquí en lencería delante de unas cortinas naranja que apenas dejan ver entre sus rendijas la escasa iluminación del local. Está en una calle abierta y transitada, junto a una papelería y un banco, pero si estuviera en el corazón de la calle Montera de Madrid no desentonaría. Cortinas para ocultar los clientes en el interior, no les vayan a reconocer los vecinos. Lo triste es que si no las tuvieran seguramente no se atrevería a entrar nadie.
Qué representativo el 'cómo engañas' que te dijeron. Tanto como el look de muchos dependientes. Menos mal que en Tuyo y Suyo vendo online, porque sino, 'con lo que engaño' también yo, lo llevaría claro. Se ve que a los normales (o anormales, según se mire), formalitos, sin piercings ni tatuajes, les miran en muchos sexshops como bichos raros.
No quiero hacer proselitismo, pero cada vez hago más compras online, porque me he dado cuenta que resulta más fácil dar con el producto que buscas. Recuerdo cuando iba a El Corte Inglés y el vendedor me asesoraba bien y sabía de lo que hablaba. Ahora sabes mucho más tú que el dependiente. ¿Y por qué? Pues porque quien te atiende es alguien a quien pagan una miseria por muchas horas de trabajo, alguien a quien la empresa no le dedica la más mínima atención profesional (ni por supuesto personal), alguien que despedirán en breve o se irá cuando encuentre algo mejor. ¿Para qué invertir en los empleados, cuando el cliente es visto como un mero pagador? Y me temo que en algunos comercios pequeños, que podrían aprovechar la situación, ocurre algo parecido, craso error por su parte.
Jobar, menudo rollo me ha salido. Sorry.
Jajaja, tranquilo, está bien desahogarse y además, llevas razón. La comodidad de la compra online no tiene competencia, aunque sí que sigo haciendo alguna compra local.
Supongo que cada cual lleva su negocio como quiere, que para eso es suyo, pero hablando de juguetes sexuales, se debería de cuidar algo más la imagen y darse cuenta de que el contacto dependiente-cliente no puede ser tan frío como el que puedes recibir en el Corte Inglés, por ejemplo.
Y sí, voy a lanzar una campaña bajo el lema: los normalitos también follamos. jajaja.
Un saludo y ¡ gracias por el comentario!