Quiero dejarlo claro. Cristalino. Este blog ni quiere ni acepta ni necesita el dinero de casinos, casas de apuestas y similares. Vamos a ver si así lo entienden. No sé si conseguiré que me dejen de llegar propuestas de publicidad de casas de apuestas pero una cosa tengo clara, me voy a quedar muy a gusto.
Antes de nada, tengo que confesaros que esta no era la idea original que tenía con respecto a este artículo. En un principio, iba a aceptar un encargo de post patrocinado. Mi intención era cobrar por anticipado una parte del encargo y escribir su dichoso post. Pero no por el dinero, que lo iba a donar a un servicio de ayuda a personas afectadas por problemas de juego. Es más, ya había elegido a gamblingtherapy. Una plataforma online de asesoramiento gratuito gracias a la labor de voluntarios de la talla de Laura Marcilla, entre otros muchos.
Lo que tenía en mente, y que me habría encantado, era darme el gustazo de poder escribir un post (como el que estáis leyendo) pagado por una de estas casas de apuestas, online o no, en el que pudiera verter lo que me provocan este tipo de negocios: ASCO, MUCHO ASCO. Pero por desgracia no ha podido ser así. Al final hubo un giro en los acontecimientos y me quedé con las ganas. Ahora os lo cuento todo.
Pero bueno, por lo menos me voy a desahogar un rato y este artículo me va a servir como respuesta a posibles futuras propuestas de este tipo de publicidad. Algo es algo.
Cabreo en varios actos
Acto 1º. Primeros emails
Todo empezó hace unas semanas. Bueno, en verdad esta basura me la mandan, como al resto de compañeras, desde hace tiempo. Pero la historia de este artículo en concreto comenzó a mediados de enero con la publicación de Los Borbones en pelota. No sé si es que creyeron leer «pelotas» y de ahí concluyeron que era algo de deportes o yo qué sé que se les pasó por la cabeza.
El caso es que recibí un email para «colaborar». Aunque expresado de una forma un tanto rara. Tan rara que al principio pensé que era algún tipo de spam y pasé de contestar.
Pero a los tres días me volvieron a escribir y, aunque entendí menos aún que en el email anterior, ya me había picado la curiosidad y decidí contestar y preguntarles qué coño querían. Pero de una forma un poco más educada. Simplemente les pregunté a qué se referían con «hacer un seguimiento de contenidos».
Acto 2º. Salta la liebre
Aquí es cuando pusieron sus cartas sobre la mesa y dijeron lo que querían.
En un principio ni se me pasó por la cabeza que fuera una propuesta de este tipo de publicidad porque suelen ir al grano. Por lo menos eso es lo único que se les puede agradecer a estos carroñeros. Pero me descuadraron completamente sus primeros emails. También me quedó claro que su redacción era tan peculiar porque el español no era el idioma nativo de la persona que me escribía. Pero ese no es el tema ni tiene importancia. El resto de las comunicaciones las seguimos manteniendo, en contra de mi voluntad, en inglés.
Digo en contra de mi voluntad porque para este tipo de propuestas tengo una respuesta estándar: «Ni escribo ni acepto publicidad de temas ajenos a la temática del blog: la sexualidad». Y normalmente con esto suelen entender que no quiero relacionarme con su despreciable forma de ganarse la vida a costa de destruir la de los demás. Pero este no fue el caso. Siguieron erre que erre.
Acto 3º. El día de la marmota
Ya no os voy a poner los pantallazos, pero os aseguro que fueron más de ocho emails insistiendo en que escribiese sobre lo que quisiera pero que les pusiera el link de los cojones y que me podían pagar hasta en Bitcoins. Ahora mi pregunta es: ¿puedo comprar donuts con Bitcoins? No. Pues no hay nada más que hablar.
Acto 4º. Se me hinchan las narices
A todo esto, yo me limitaba o bien a ignorar los emails o a repetir que no acepto publicidad que no tenga relación con la sexualidad y que su propuesta no tiene nada que ver con la temática de mi web.
Sí, imagino que debí haber sido más contundente y decirles que se podían meter sus puñeteros bitcoins por donde más les apeteciese porque Maryasexora jamás hará publicidad de esta escoria de negocios. Pero intenté ser educada. Hasta que se me hincharon las narices y se me ocurrió lo de aceptar el encargo para escribir un artículo sobre lo que yo quisiera y que incluyera el link del patrocinador como tantas veces me habían estado insistiendo.
Pero no pudo ser porque al final resultó que lo querían escribir ellos y que yo lo publicara en aquí. Y por ahí ya sí que no paso. Así que me quedé con las ganas de darme el capricho de que me pagasen por lo que estáis leyendo. Por decirles lo que pienso de sus negocios.
En resumen
Nunca, jamás habrá publicidad o mención positiva a esta bazofia en mi blog. Negocios que basan su lucro en la desgracia ajena. Casinos, casas de apuestas y demás negocios con locales a pie de calle y online que, además, buscan captar a la gente más joven para joderles la vida desde bien pronto.
Y si un día la hubiese os puedo asegurar que o yo ya no estoy al frente de maryasexora o que me han hackeado la web. Porque una cosa tengo clara, con la conciencia tranquila una duerme muy bien. Y de ninguna manera voy a contribuir a que estos desalmados se sigan lucrando a costa de la desesperación de la gente y del sufrimiento de sus familiares y amigos.
He dicho.
Carla Mila dice
Lo malo de estos correos es que, además de las molestias, no cesan.
Contestes o no.
Lamentable cómo las casas de apuestas van a por todas.
Lo siento y te entiendo perfectamente.
Feliz semana!!
Carla Mila
Gwen dice
Totalmente de acuerdo contigo. Es muy desagradable su insistencia aunque digas que no te interesa, que sugieran escribir el post «con tu mismo estilo» (JA, imposible) y te digan que pagarán lo que pidas. Algún vez me tentó pedir 1000€, o más, pero como bien dices, con la conciencia tranquila se duerme muy bien.
Maryasexora dice
A mí es que me hierve la sangre este tema. Además, como bien dices, no aceptan un no como respuesta. Su insistencia llega a ser irritante, por lo menos en mi caso.
Por suerte, sé que muchas pensamos lo mismo y les mantenemos a raya.
Besicos.