Mitos sobre la masturbación, leyendas y falsas creencias hay muchos. Uno de los más conocidos es el mito de que, si te masturbas mucho, te puedes quedar ciego. Aunque suena exagerado, mucha gente ha crecido con esta idea.
En este artículo, vamos a desmentir este mito y explicar de dónde viene y por qué sigue circulando. Así que, si alguna vez te has preguntado si de verdad te quedarías ciego, no mires para otro lado y sigue leyendo.

Descubrir el origen de las expresiones o frases hechas relacionados con la sexualidad me encanta. Pero cuando se trata de mitos sexuales, me gusta aún más, porque es como quitarse una espinita clavada.
El poder dar respuesta a la pregunta: ¿Pero a quién c… carajo se le ocurrió esto? me da cierta paz mental. Me permite poder decir con seguridad: Mira, sí, esta es una leyenda que ha circulado por generaciones, pero es completamente falsa, y te voy a contar por qué.
El origen del semen: Las teorías de los filósofos
Para desmentir este mito sobre la masturbación, primero tenemos que hablar del origen del semen. ¿Por qué sólo del semen? Bueno, porque como todo el mundo sabe, los únicos que se masturban son ellos. Eso de que nosotras también nos masturbamos, no es más que otro mito que circula por ahí.
Resulta que el origen del semen tiene bastante solera. ¡Pero solera de la buena! Todo empieza allá por el siglo V a.C., cuando surgieron las primeras teorías sobre su origen. Por no aburrirte mucho con disquisiciones biológicas, podemos decir que estas teorías primigenias se agrupaban y resumían principalmente en dos:
- Teoría encéfalo-mielógena. Sus partidarios defendían la hipótesis de que el cerebro es el encargado de producir el semen. Lo cual le daría un cierto significado filosófico a lo del: «piensas con la polla«. Uno de los defensores más reconocidos de esta teoría era el filósofo pitagórico Alcmeón de Crotona (siglo VI a.C.).
- Teoría pangenética. Otros filósofos como Demócrito (siglos V-IV a.C.) afirmaban que el semen se producía en distintas partes del cuerpo.
Y así se quedó la cosa hasta que Aristóteles (384-322 a.C.) decidió meter baza en el tema y arrojar algo de luz en este asunto.
¿Cueces o enriqueces? El origen del semen según Aristóteles
¿Y qué es lo que dijo Aristóteles? Pues que el semen era un residuo útil de los alimentos. Lo llamaba así porque seguía siendo «rentable» para el organismo. Pero, ¿y esto qué quiere decir exactamente?
La explicación corta sería que el esperma es un sobrante del alimento que, básicamente, se convierte en esperma.
Si vamos a por una explicación un poco más elaborada (y espero haberlo entendido bien), Aristóteles decía que este residuo del alimento se convierte en sangre y gracias al calor corporal de los varones, parte de esa sangre se «cuece» y se transforma en esperma.
Según su teoría, los niños no pueden producir esperma porque ya gastan suficientes recursos en su crecimiento y los ancianos porque no «cuecen» lo suficiente. Como puedes ver, esta teoría no dejaba cabos sueltos… o eso pensaba él.
Si te pica mucho la curiosidad sobre este tema (y quieres ver más de cerca las ideas de Aristóteles), al final del post, en las fuentes, te dejo un enlace a la Reproducción de los animales, donde el filósofo explica toda su teoría sobre la naturaleza y el origen del semen.
¿Pero todo esto qué tiene qué ver con el mito de la ceguera por masturbarse?
Ya sé lo que estás pensando: «Vale, todo esto de la cocción del esperma suena interesante, pero ¿qué tiene que ver con eso de que te quedas ciego si te masturbas?» Pues resulta que, en ese mismo tratado en el que Aristóteles hablaba del origen y la naturaleza del esperma, también decía:
Pues la región de los ojos es, de las de la cabeza, la más seminal. Lo demuestra el hecho de que en los coitos es la única que cambia de aspecto claramente, y a los que practican con abuso los placeres sexuales, los ojos se les hunden de forma evidente. La causa es que la naturaleza del semen es parecida a la del cerebro: pues su materia es acuosa y el calor es adquirido.
Reproducción de los animales, ed. E. Sánchez, Madrid, Gredos, 1994.
Aristóteles afirmó que el semen y los ojos están relacionados y este argumento se tomó como válido durante mucho tiempo. De hecho, fue el que se utilizó en la colección de textos conocidos como Problemata Aristotelis o Los Problemas.
Los problemas de Aristóteles
Los Problemas de Aristóteles es una recopilación de casi 900 problemas presentados en formato de preguntas y respuestas similar al que utilizaba Aristóteles para entrenar a sus discípulos en el arte de la dialéctica. Aunque hoy en día se pone en duda que esta obra fuera realmente suya, se le sigue atribuyendo debido a que fue la escuela peripatética que él fundó la que se encargó de su difusión y ampliación.
Sea como sea, esta colección tuvo bastante repercusión en la Edad Media e, incluso, durante el Renacimiento, traduciéndose al latín y al árabe.
La Sección IV de esta colección está dedicada a los placeres sexuales y una de las preguntas dice algo así como: «¿Por qué tanto los que abusan de las relaciones sexuales como los eunucos, que no las tienen, ambos por igual tienen dañada la agudeza de visión?«.
La respuesta: «Cuando los fluidos son arrastrados hacia abajo, las partes superiores se secan.»
Y así es como, gracias a Aristóteles y la enorme influencia de sus textos, nació uno de los mitos sobre la masturbación más extendidos: si te masturbas, te quedas ciego.
¿Cómo te quedas? ¿Quieres más? Pues estás de suerte porque tenemos un dos por uno. En este mismo texto Aristóteles explica la posible relación entre el abuso del sexo y la calvicie.
Además de ciego, te puedes quedar calvo
Te reproduzco la respuesta a la pregunta número 18 de la misma sección sobre los placeres sexuales. En ella se pregunta por qué a los lascivos se les caen las pestañas y si esto tiene algo que ver con la calvicie. La respuesta:
La razón es que la lascivia enfría las partes superiores, que tienen poca sangre, de modo que esa zona no cuece el alimento; así que los pelos, al no recibir alimento, se caen.
Aristóteles, Problemas, ed. E. Sánchez Millán, Madrid, Biblioteca Clásica Gredos.
Y ahora, con toda esta sabiduría de Aristóteles en tu cabeza, te dejo un momento para asimilar la información y repasar el estado de tu pelo.
Atribuciones:
Artículo redactado 100% libre de IA, casi libre de inteligencia pero con un 100% de humanidad.
Fuentes:
- Aristóteles. (1994). La reproducción de los animales (E. Sánchez, Trad.). Biblioteca Clásica Gredos. Enlace al libro.
- Aristóteles. (2004). Problemas (E. Sánchez Millán, Trad.). Biblioteca Clásica Gredos. Enlace al libro.
- Buendía, Pedro (2009). Delicado sifād, preciado semen. Les Cahiers de Recherches Médiévales. 18 | 2009. Le système d’enseignement occidental (XIe-XVIe siècle). P. 443-458. Enlace al artículo.
- Martos, Ana (2009). Historia medieval del sexo y del erotismo. Enlace al libro.
Claro que me acuerdo, y también todos los mitos y leyendas sobre la masturbación,
El daño que ha hecho la propia historia al ser humano… Ainsss
Un artículo genial
Feliz semana
Y Saludos!!
Poco a poco irán cayendo uno a uno todos esos mitos.
Feliz semana!
Besicos.
Hola!!, me encanta tu forma de realizar el contenido, el mundo necesita mas gente como tu
Hola buenas yo tengo algo que añadir pues yo me he masturbado demasiado y pues presento vision borrosa 🙁