El síndrome de excitación sexual persistente o trastorno de excitación genital persistente dista mucho de ser algo placentero. Es más, lejos de generar placer, provoca malestar, angustia y dolor. Veamos en qué consiste este síndrome.
Es un síndrome, no deseo
Este término fue acuñado por primera vez en 2001 gracias a un artículo publicado por Sandra Leiblum y Sharon G. Nathan titulado: Persistent sexual arousal syndrome: a newly discovered pattern of female sexuality. Traducido algo así como: Síndrome de excitación sexual persistente: un patrón de sexualidad femenina recientemente descubierto.
Lo definieron como la excitación fisiológica persistente en ausencia de sentimientos conscientes de deseo sexual. Es decir, se produce una excitación genital como hormigueo, palpitaciones, presión, ardor… pero sin deseo sexual. Esta excitación lejos de resultar placentera se percibe como intrusiva, lo que provoca incomodidad e incluso dolor, porque se desencadena de manera espontánea, no deseada, involuntaria y persistente.
Y es justo por esta desvinculación con el deseo sexual por lo que se empezó a denominarlo como síndrome de excitación genital persistente.
Básicamente lo denominaron síndrome por tratarse de algo negativo para el bienestar de quienes lo padecen. No es lo mismo si tienes esas sensaciones a causa de deseo sexual, práctica de la masturbación o de cualquier otra práctica con otra persona que sentirlo sin venir a cuento en cualquier situación y lugar.
Es persistente porque puede durar minutos, horas, días… Y, pese a lo que podemos pensar, no desaparece después del orgasmo. Y es involuntaria porque ni se produce ni guarda relación con una excitación o deseo sexual.
Esta involuntariedad, el que se produzca cuando menos se espera, en cualquier momento, hace que se viva como algo incómodo, intrusivo, desagradable y, en algunos casos, doloroso.
No es una adicción al sexo
Lo repito nuevamente para que quede claro. No tiene nada que ver con una adicción al sexo. Como acabamos de explicar, aunque hay excitación, esta no guarda relación ninguna con el deseo sexual. Vamos, que no es que una «esté todo el día cachonda». Se trata de que tu cuerpo decide desencadenar estas respuestas fisiológicas por su cuenta y riesgo mientras estás tan tranquila leyendo, haciendo la compra, viendo Netflix, cenando o en una reunión.
Hablo en femenino porque, aunque no se conoce demasiado sobre su prevalencia, parece que es más frecuente en mujeres que en hombres.
¿Qué es lo que desata esta reacción? Pues no está del todo claro.
Causas del síndrome de excitación genital persistente
Hay un batiburrillo de posibles causas. Se plantean causas a nivel:
- Neurológico. Quizá como un efecto secundario de algún tipo de epilepsia o como consecuencia de alguna lesión en el sistema nervioso central. Pero también puede ser debido a un pinzamiento del nervio pudendo o una hipersensibilidad. Como veis, hasta dentro de un mismo tipo de origen probable existen diferentes explicaciones.
- Farmacológicas. Ya sea por efecto secundario del consumo o retirada de ciertos antidepresivos.
- Hormonales. Como consecuencia del inicio o fin de algunos tratamientos hormonales.
Sin embargo, las causas que cobran más peso son las provocadas por alguna lesión en la zona baja de la columna vertebral. Y dentro de esta hipotética explicación se considera sobre todo que este síndrome puede ser consecuencia de un quiste de Tarlov.
Como habéis podido comprobar no hay un posible origen claro. Ni tan siquiera está claro si es debido a algo en concreto o si es como consecuencia de varias circunstancias.
Tratamiento
El problema de no saber a ciencia cierta qué causa este síndrome, es que tampoco se sabe cómo tratarlo. Y el que se haya descubierto hace poco tiempo y que tenga una baja frecuencia, no es que ayude demasiado.
Como todavía no hay «cura», en muchas ocasiones el tratamiento consiste en técnicas para trabajar el control de la ansiedad y estrategias para que la persona afectada pueda convivir con este síndrome de la mejor manera posible. Aunque sea como sea, lo importante es acudir cuanto antes a un médico para descartar, o no, un origen médico.
Fuentes:
Carla Mila dice
Como me alegras los lunes con tus buenos artículos….
Desde luego no tiene nada posititivo para quienes lo sufren, como quizá alguien pueda pensar. Es más, leí que hasta las relaciones sexuales desaparecen de los deseos de estas mujeres que tan mal lo pasan.
Gracias por compartir y feliz semana!!!!!
Saludos y espero y deseo que te hayas recuperado.
Carla Mila
Maryasexora dice
Ni me quiero imaginar lo que se debe de pasar con este síndrome. Entre lo incómodo que debe ser y la poco comprensión y conocimiento que hay sobre este síndrome… Que una lo esté pasando mal y que encima tenga que estar aguantando bromitas, chistes o incluso que te digan que te lo estás inventando…
Gracias por tu visita y feliz semana.
Besicos.
Ester Álvarez G. dice
Es un tema sobre el que ya había leído, está bien visibilizarlo y que la gente sepa que existe. Pena que no exista apenas investigación al respecto.
Gracias por hablar de ello.
Besitos! 😉
Maryasexora dice
Pues sí, porque entre que es muy reciente, que no existen muchos casos y que aún hay algunos sectores que lo consideran un invento, que lo niegan, poco se va a avanzar en posibles tratamientos.
Gracias a ti por leerlo.
Besicos.
Sonia dice
Me encantan tus notas. Concisa, clara y didáctica
Maryasexora dice
Muchas gracias por tus palabras.
Besicos.