La terapia de pareja es un proceso para parejas que desean mejorar su relación, resolver conflictos o crisis emocionales y de comunicación. Pero, ¿cómo funciona exactamente? ¿Y cuándo es el momento para acudir a terapia de pareja?
Como cada año, septiembre trae consigo el aumento de inscripciones en academias de idiomas y gimnasios. Pero no son los únicos centros que ven un incremento en la afluencia, los centros de psicología, como Psicólogos Madrid Psicopartner, también reciben más visitas en estas fechas.
¿La razón? Además de por su oferta de talleres de sexualidad y pareja, porque septiembre es uno de los meses con mayor número inicio de procesos de divorcios registrados en España.
¿Por qué septiembre es uno de los meses con más divorcios? Los motivos pueden ser diversos, casi tantos como parejas, pero pasar más tiempo juntos durante el verano puede agravar tensiones o conflictos que ya existían. Y, aunque se dice que el roce hace el cariño, a veces la convivencia provoca chispazos…
Es en este punto donde, si ambas partes tienen la voluntad de superar las dificultades, antes de darle trabajo a los abogados, se debería dar una oportunidad a la terapia de pareja.
¿Qué es la terapia de pareja?
La terapia de pareja es un proceso terapéutico diseñado para ayudar a las parejas a resolver conflictos, mejorar la comunicación y fortalecer su relación.
A través de sesiones guiadas por profesionales de la psicología, se brindan diversas estrategias a ambos miembros de la pareja para que puedan abordar y gestionar con éxito las dificultades o conflictos que pueden surgir en la convivencia.
¿Cómo se hace la terapia de pareja?
Aunque existen tantas formas de abordar la terapia como tipos de conflictos y parejas, este método terapéutico sigue un proceso estructurado con unas pautas generales.
- Evaluación inicial. Se realiza una evaluación, una entrevista a ambos miembros de la pareja, para identificar el conflicto y establecer los objetivos de la terapia. Este proceso se lleva a cabo escuchando a ambas partes sin juzgar ni culpabilizar, con el objetivo de crear un espacio seguro para la pareja.
- Intervención. A través de sesiones que pueden ser tanto en pareja como individuales, se proporcionan herramientas y estrategias para que puedan gestionar las dificultades o conflictos. También se proponen ejercicios prácticos para integrar en el día a día de la pareja.
- Seguimiento y finalización. A medida que se van alcanzando los objetivos, el intervalo entre sesiones se va ampliando hasta concluir la terapia. El seguimiento permite asegurar que los avances se mantengan a largo plazo.
¿Cuándo acudir a terapia de pareja?
Lo primero que hay que tener claro es que en la terapia de pareja, la ayuda se solicita por la pareja en su totalidad. A diferencia de la terapia individual, que es una demanda personal, en la terapia de pareja el objetivo es la relación, no los individuos. Eso no impide que alguno de los miembros (o ambos) pueda necesitar un espacio propio o trabajar otros aspectos personales al margen de la terapia de pareja.
¿Qué señales pueden indicar la necesidad de terapia de pareja?
- Conflictos recurrentes. Si un tema surge una y otra vez y se vuelve cada vez más complicado, una mirada profesional externa y objetiva puede ofrecer una perspectiva diferente.
- Fallos en la comunicación. La comunicación es uno de los pilares de la relación. Cuando falla, pueden surgir malentendidos y malestar, dificultando la expresión de emociones y necesidades. La terapia de pareja puede ayudar a mejorar las habilidades comunicativas.
- Evitación de la Intimidad: Distanciarse emocional o físicamente, evitando encuentros íntimos, ya sean sexuales o no, es un signo de que algo no va bien en la relación.
- Falta de confianza. Cuando la confianza se pierde, la relación puede entrar en un círculo vicioso de desconfianza, celos y recriminaciones del que resulta muy difícil salir.
- Cambios importantes. El ser humano es un animal de costumbres, por lo que los cambios suelen provocar miedos e inseguridades. Mudanzas, cambios o pérdida de empleo, nacimientos de hijos, fallecimientos o jubilaciones, son situaciones que pueden afectar la relación y convertirse en desafíos difíciles de superar sin la ayuda adecuada para gestionarlos.
- Planes de vida diferentes. Las personas evolucionan, y con el tiempo nuestras prioridades y opiniones pueden cambiar. Esto puede provocar desajustes en los objetivos o valores compartidos dentro de la relación, como decidir tener o no hijos, provocando tensiones difíciles de gestionar sin ayuda profesional.
¿Cuándo no acudir?
- Violencia o abuso. Si existen situaciones de abuso físico, emocional, psicológico o amenazas, la terapia de pareja no es adecuada. En estos casos, lo más importante es garantizar la seguridad de la persona maltratada y poner fin a la relación de forma segura.
- Falta de compromiso. Ya se ha mencionado que la ayuda la solicita la pareja en su totalidad. Si uno o ambos miembros no está dispuesto no está dispuesto a participar activamente o no tiene interés en mejorar la relación, la terapia no va a ser útil.
- Decisión de separación ya tomada. Si uno o ambos miembros de la pareja ya han decidido que no desean continuar con la relación y no hay intención de seguir trabajando en ella, lo más recomendable es centrarse en finalizar la relación de manera saludable.
Aunque la terapia de pareja es un recurso útil y eficaz, no es una solución milagrosa. Hay situaciones en las que, por diversos motivos, puede que no sea efectiva o incluso que la mejor opción sea finalizar la relación.
Atribuciones:
La foto de portada es de cottonbro studio y pertenece al banco de imágenes Pexels con licencia de uso gratuito CC0.
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