El Guardián del Ano del faraón era el encargado de la salud y limpieza rectal e intestinal del faraón. Un trabajo importante pero algo sucio. Un trabajo de mierda.
Trabajos de mierda hay muchos, quizá demasiados. Y si a estas alturas del año, tras tus merecidas vacaciones, te toca regresar a tu tediosa rutina laboral, piensa que podría ser peor. Te cuento.
Enemas y lavativas
Los enemas y las lavativas eran los métodos más comunes y recurrentes de los antiguos egipcios para tratar sus problemas digestivos.
En el papiro de Ebers, uno de los tratados médicos más antiguos (1500 a.C.) que se han encontrado, se describen varios remedios que necesitaban ser suministrados por vía rectal para curar problemas digestivos y rectales.
Por ejemplo, para quitar el ardor o la inflamación en el ano, había que preparar un mejunje con ajo, vino, bilis de un buey gordo (🤷🏻♀️) y miel; colarlo y verterlo en el ano.
El historiador Heródoto también dejó por escrito la importancia que le otorgaban los egipcios a la salud digestiva y el uso recurrente que hacían de las lavativas para evitar enfermedades.
En su manera de vivir guardan la regia de purgarse todos los meses del año por tres días consecutivos, procurando vivir sanos a fuerza de vomitivos y lavativas, persuadidos de que de la comida nacen al hombre todos los achaques y enfermedades.
heródoto. los nueve libros de la Historia. pág, 240.
Guardián del ano del faraón
Vista la importancia que los antiguos egipcios le daban a la salud y teniendo en cuenta que tenían médicos especialistas para distintas dolencias: los ojos, las muelas, la cabeza… no nos debe sorprender que el faraón tuviera su propio séquito de médicos.
Entre ellos estaría el encargado de velar por la limpieza y la salud digestiva y rectal del faraón. El guardián del ano.
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Aunque su labor, más que velar por la entrada anal, era facilitar la salida por vía anal. El responsable de administrarle los enemas y las lavativas a su faraónico ano.
Bueno, podrás pensar que aplicar un enema no es algo tan desagradable. Y tienes razón, hoy en día no. Pero los antiguos egipcios introducían agua en una caña (cánula o similar) y se auto administraban sus propias lavativas.
Los que no disponían de un faraónico ano. Claro. Porque siendo faraón, para qué molestarte tú pudiéndotelo soplar otro por el culo.
Iry, guardián del ano
En 1927 se descubrió la lápida de un médico de palacio del Antiguo Reino en Gizeh. Se sabe que era médico porque así venía grabado en su lápida. Pero no sólo eso, también se indicaban todas las especialidades que tenía. Entre las que se encontraba la de «Hirt des Afters«, que podemos traducir como pastor del ano. Bueno, así tal cual no venía, ponía esto:
Como mi nivel de jeroglífico es nulo, ni puedo confirmar ni desmentir que ahí ponga pastor del ano. Pero los expertos sí que concluyeron que entre la importancia que se le otorgaban a la salud digestiva y que en este caso pastor se podría entender como cuidador o protector, esta inscripción sería una prueba de la existencia de la especialidad de guardián del ano.
Lavativas por prescripción sagrada
A estas alturas del artículo ya sólo me queda responder a una pregunta: ¿por qué le tenían tanto cariño a las lavativas los antiguos egipcios? Porque así lo hacía el Threskiornis aethiopicus.
Threskiornis aethiopicus o ibis sagrado es una especie originaria de África y Oriente Medio con cierto aire de pelícano, aunque algo menos agraciado, que se caracteriza por tener un pico largo y curvado.
Hay dos cosas que hacen especial a este ave:
- Ser el promotor de las lavativas. El ibis aprovechaba la fisonomía curvada de su pico para introducir agua en él y lavarse así el ano.
- Ser la personificación del dios egipcio Thot, uno de los dioses más importantes del antiguo Egipto y que normalmente se representaba con la cabeza de un ibis. De ahí le viene al ibis el apellido de «sagrado».
Por tanto, los antiguos egipcios cuando vieron que el ibis, el mensajero del dios Thot, se lavaba su culo de esta manera, entendieron que esta era una señal divina para que ellos hicieran lo propio.
Así que la próxima vez que te quejes porque te tengan que poner un enema o tengas que ponerlo, piensa que podría ser peor.
Atribuciones:
La foto de portada pertenece a la web wellcome collection con licencia CC BY 4.0.
Fuentes:
- Tostado, Francisco Javier. «El guardián del ano del faraón». Francisco Javier Tostado. Historia, medicina y otras artes, 2014. Enlace al artículo.
- Tostado, Francisco Javier. «Ibis: un pájaro egipcio sagrado y feo pero muy «limpio». Francisco Javier Tostado. Historia, medicina y otras artes, 2015. Enlace al artículo.
- Joachim, H. (Heinrich). (1890). Papyros Ebers: das alteste Buch uber Heilkunde. Enlace.
- Magner, Lois N. (1992). A history of medicine. Enlace.
- See H. Junker. «Die Stele des Hofarztes Irj». Zeitschrift für Ägyptische Sprache und Altertumskunde, nº63, 1927. Enlace.
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