Supongo que muchos os preguntaréis qué he hecho durante tanto tiempo ausente. Bueno, pues todo, todo, no os lo puedo contar, pero lo sí que os puedo decir, y es apto para todos los públicos, es que este verano he estado en Barcelona y he podido ir, por fin, al Museo Erótico de Barcelona:
Antes de empezar a contar mi experiencia en este museo, quiero dejar claro que es eso, mi experiencia, ni más ni menos. Os voy a contar lo que me gustó y lo que creo que se puede mejorar, no os voy a intentar vender la moto, pero sí que me gustaría dar mi punto de vista sobre varias críticas que he visto por alguna que otra web de opiniones.
Empecemos por los datos técnicos. ¿Dónde está? El Museo Erótico de Barcelona o MEB, se encuentra en pleno corazón de Barcelona. Algo bastante lógico porque si estuviese en Cádiz, por ejemplo, sería un poco extraño e incluso podríamos hablar de estafa… Pero bueno, realmente cuando digo que está en el corazón de esta ciudad, es que es así, es de verdad, no es una treta inmobiliaria para vender un piso. Estoy diciendo que se encuentra frente al famoso Mercado de la Boquería, en concreto, en La Rambla 96 Bis.
Si estáis de visita por esta maravillosa ciudad, no os preocupéis mucho por el horario, porque desde las 12:00 que abren hasta las 22:00 que cierran, imagino que podréis encontrar un hueco para acercaros a visitarlo. ¿El precio? Estamos hablando de 10€ la entrada general, pero podéis tener descuentos por tarjetas turísticas tipo Barcelona Card, tarjetas que os recomiendo adquirir si tenéis pensado ir a varios museos y moveros en transporte público. Os saldrá a cuenta.
¿Qué ver en el museo Erótico de Barcelona?
Ya os he dicho donde está, cuando abre y lo que cuesta. Creo que es hora de empezar con la chicha. ¿Qué encontramos en este museo? Pues sin querer desvelar mucho, pero para que os hagáis una idea y nadie se lleve a engaño, este museo hace gala a su nombre. Es un museo de lo erótico, es un repaso histórico de la erótica en distintas culturas y a través del arte (esculturas, pinturas…)
Ya os he dicho que no os quiero vender la moto, pero tampoco quiero que nadie vaya con unas expectativas que no son. No es un museo «ludicofestivo», es un museo divulgativo. Si vais con la idea de ver, tocar o probar, os va a decepcionar. Ahora, si vuestra idea es aprender, descubrir, profundizar o ampliar información, lo disfrutaréis.
Yo cogí la audioguía y disfruté lo más grande de todas y cada una de sus salas: en la de erotismo oriental aprendí más sobre las pinturas Shunga, en la dedicada a récords sexuales (más interactiva) descubrí algunos que ni podía imaginar y en la sala sobre Pin Up me empapé bien sobre la vida de Marilyn Monroe, por ejemplo.
Opiniones para todos los gustos y colores
Si buscáis opiniones sobre este museo, encontaréis de todo, como es normal, pero hay algunas críticas que no entiendo. Por ejemplo, algo que me encantó y que sí quisiera compartir aquí, es que en una habitación pequeñita, nada más entrar, podréis ver los inicios del cine porno con la proyección del cortometraje El Confesor, un encargo que realizaron Ricardo y Ramón Baños para Alfonso XIII.
En una de esas páginas de opiniones de las que antes hablaba, leí como se referían a este hito del cine porno como «antiguo cine porno». Lo siento, pero es que si no sabes valorar esta obra como lo que es, como el inicio del cine porno, como un hecho relevante en la historia del erotismo, date media vuelta y vete del museo, porque seguramente, el resto de lo que puedas ver te van a parecer «fotos viejas», como también he leído por ahí.
Porque sí, algunas personas consideran grabados y litografías del S XIX, «fotos viejas», que no digo que si nos ponemos estrictos no lo sean, pero eso demuestra que hay muchos que se van a este museo buscando morbo y pocos recuerdan que van a un museo.
Otra crítica que he visto por ahí es que es muy «falocéntrico». No sé en cuanto está el cupo de penes para considerarlo así o no, pero teniendo en cuenta que tienen una colección dedicada a la tradición fálica, pues… Por cierto, exposición en la que podéis ver «cositas» como un falo en madera, tamaño… el que veis en la foto, que representa a uno de los que se venera en el festival japonés Kanamara Matsuri:
Por finiquitar con el tema de las opiniones negativas, una que me hace bastante gracia y que he visto repetida varias veces, es que no tiene obras pictóricas originales, sólo reproducciones. Sinceramente, yo no entiendo mucho de arte, pero entiendo que la famosa obra de Courbert El Origen del mundo realizada en 1866 se encuentre bien custiodada en el Museo Orsay de París y no en este acogedor, pero chiquitito museo erótico, así como que tampoco tenga originales de Picasso, Goya o Rubens. Además, ellos en ningún momento te llevan a engaño, porque en su web te dejan bien claro que disponen de reproducciones de los cuadros más famosos.
Bueno, después de esta defensa a ultranza, tengo que decir que sí hay cosillas que mejorar. Por ejemplo, en la sala donde se proyectaba El Confesor hacía bastante calor, pero no sé si es porque no había aire acondicionado o tuvimos la mala suerte de ir el día que estaba estropeado. Lo que sí estaría bien, es poner algún taburete más porque sólo había uno y hombre, ya sé que «la pela es la pela», pero en ciertos centros comerciales franceses de cuyo nombre no quiero acordarme, tienes algunos muy apañaos por 4 euretes para tener a la gente más cómoda.
También eché en falta poder interactuar un poco más con los objetos expuestos, ya sabéis que eso ahora se lleva bastante en los museos y, realmente, anima mucho la visita, además, creo que habría que explotar más el jardín erótico que tienen. Por ejemplo, para matar dos pájaros de un tiro, en ese jardín se podría cacharrear con reproducciones de juguetes eróticos antiguos vs nuevos, u ojear libros eróticos mientras te tomas una cervecita o un refresco. No sé, como idea.*
Por último, quiero agradecer el detalle que tuvo Rafael con nosotros al regalarnos algunos lubricantes, unos dados eróticos y a El Gran «capote», un pene con condón a cuerda que es supergracioso y que cada vez que lo veo me acuerdo de esta visita.
Nada más, por último os dejo algunas fotillos más de lo que podéis encontar en este museo erótico de Barcelona. De verdad, si estáis o visitáis Barcelona, no dudéis en acercaros a disfrutar de este museo.
*Actualización: este post es de 2015, con lo cual, alguna cosilla desde entonces ha cambiado y mejorado aún más.
Una visita que tengo pendiente. Me llama mucho la atención, y hay tanta historia detrás del erotismo…
Sobre esas críticas extrañas que viste por ahí, hay gente que no tiene criterio, no esperan aprender de la experiencia sino parece que van buscando el morbazo, como si se fueran a ver aplicaciones prácticas con modelos en directo. Lo de falocéntrico me ha hecho mucha gracia, ¿qué esperaría encontrar? ¿Unicornios?
Me has dado más ganas de ir a ver ‘fotos y juguetes viejos’ 🙂
Besotes.
Te animo a que vayas, de verdad. Yo también tenía muchas ganas de visitarlo y a mí, desde luego, no me decepcionó.
Sí que hay cosas que pueden mejorar como el tema del calor o que en algunas salas te da la sensación de que les falta algo, que están un poco desoladas, pero yo salí encantada de allí y repleta de información, que para eso es un museo, porque ante todo, lo que quería dejar claro con esta entrada, es que es eso, un museo, y si vas con la idea de ver algo morboso, más vale que te quedes en tu casa.
También quería desmontar algunas críticas que me parecían un tanto surrealistas y que me dolían porque me parecían que, de alguna manera, degradaban a la historia. Para mí, llamar a los orígenes del cine porno español, «peli porno vieja», me parece una falta de respeto y demuestra que tu interés por lo que puedas encontrar en este museo se basa en puro morbo y que no vas a darle el valor que se merecen las fotos y los objetos que se exponen.
Besico guapa.
A lo mejor esa gente habría disfrutado más en la sala Bagdad que en el MEB xD
Ahí has dado en el clavo.