Siguiendo la propuesta de Diana Calvillo, nuestra flamante ganadora del sorteo del kit de Shunga, nos adentramos en el mundo de las fantasías sexuales e intentaremos responder a su pregunta: ¿Por qué ocultamos nuestras fantasías sexuales?
Como recordaréis, y si no es así no os preocupéis que para eso estoy aquí, para participar en el primer concurso de esta nueva temporada había que seguirme en Facebook y proponer un tema que quisierais que se tratase aquí. Pues bien, Sexlode y yo ya cumplimos la primera parte del trato y nuestra ganadora ya tiene su premio en casita, ahora me queda a mí cumplir la segunda parte, escribir sobre el tema que me propusieron. Diana Calvillo, la ganadora, propuso como tema: parejas que ocultan sus fantasías sexuales y el por qué de ello. Bien, realizados los recordatorios y presentado el tema, vamos a empezar.
¿Qué son las fantasías sexuales? Si nos vamos a la RAE, se define fantasía en su primera acepción como: «Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales«. Si le introducimos la parte sexual, lo podemos resumir en representaciones mentales (pasadas o idealizadas) de temática sexual, ni más ni menos.
Seguramente mi amigo Freud y sus seguidores tendrían muchísimos más matices que aportar sobre este tema, pero para vuestra desgracia, a mí este señor me da mucha pereza y no estoy aquí para hablaros de psicoanálisis, las cosas como son. Además, y aunque no me gusta malmeter, es en parte por estas explicaciones grandilocuentes llenas de pasiones reprimidas, penes por todas partes y/o deseos de follar con tu madre/padre, por lo que las fantasías sexuales tienen tan mala fama.
Me explico un poco mejor, estas fantasías nos permiten «vivir» experiencias prohibidas o idealizar situaciones reales sin ningún coste adicional, ahí está la gracia, por eso es por lo que molan y, por eso, todos las tenemos, porque podemos, por ejemplo, fantasear e idealizar el hecho de ser forzadas/sometidas sin pagar las consecuencias reales, punto, no hay que darle más vueltas, no hay que buscar deseos oscuros reprimidos en lo más profundo de nuestro inconsciente, ni tampoco hay necesidad de meter a los padres de uno en este tema, vamos, digo yo.
Evidentemente, las fantasías sexuales tampoco tienen que llevarse a cabo, porque normalmente están idealizadas y llevarlas a la realidad puede provocar cierta frustración al no ser lo esperado. Digamos que una cosa es lo que tú te imagines que te puede hacer tu Manolo idealizado, con esa sonrisa de «chico malo» y esa cuerda de silicona recién comprada en Oh Lilith!, y otra es lo que te pueda hacer tu Manolo real, con esa sonrisa de psicópata que se le acaba de poner y esa cuerda recién comprada en el Leroy Merlin… Creo que queda más o menos claro la diferencia entre fantasía/realidad ¿no?
Aunque las fantasías sexuales no tienen que cumplirse, compartirlas puede ser muy beneficioso porque, consolida la confianza en la pareja al compartir algo tan íntimo como son los deseos/fantasasías/sueños y mejora, a la vez, la comunicación, sin olvidar que ayuda a potenciar el placer al ser una fuente de excitación y de alimento del deseo. De todas formas, se quieran compartir o no, son beneficiosas para la persona que las genera, porque le sirven de válvula de escape para transportarse a esa situación idealizada o prohibida.
¿Por qué se ocultan las fantasías sexuales? Pienso que puede ser por varios motivos:
- Vergüenza. Hablar de nosotros nos suele gustar cuando se trata de cosas superficiales como nuestros trabajos, nuestros estudios o nuestras aficiones, pero la cosa cambia cuando tenemos que profundizar en nuestros sentimientos, emociones o deseos.
- Tabú. Como siempre y por desgarcia, el sexo lleva asociado una gran cantidad de tabúes, los cuales, espero que algún día nos podamos quitar de encima.
- ¿Qué va a pensar de mí? En general, no nos gusta que nos juzguen, pero la cosa se pone más tensa, cuando lo que se juzga es algo tan íntimo y personal como nuestros deseos.
- Infidelidad. Este motivo es un clásico, porque una de las fantasías más comunes es la de mantener relaciones sexuales con un desconocido o con un tercero que no es la pareja. Bien, muchos, quizás más bien muchas, ocultan esta fantasía porque creen que están siendo infiel a la pareja, cuando simplemente se está dejando volar la imaginación. ¿No estás de acuerdo conmigo? ¡Ah! ¡claro! seguramente tú nunca has soñado estar con una actriz/cantante/presentadora/maryasexo… ¿Me equivoco?
- «Interpretaciones de sueños». Ciertas explicaciones a lo largo de la historia se han empeñado en asociar estas válvulas de escape, estos deseos idealizados, con deseos oscuros y reprimidos, contribuyendo a que uno prefiera esconderlo antes de que se le atribuya un trauma inesistente.
- Falta de educación sexual. Este punto creo que puede englobar todos los anteriores y se puede aplicar a casi todos los mitos y tabús que se dan en el sexo.
Y hasta aquí el artículo dedicado a Diana Calvillo y su gran propuesta sobre fantasías sexuales, el cual, espero que le haya gustado. En otra ocasión, si queréis y así me lo hacéis saber, podemos ver los tipos de fantasías sexuales más recurentes, no me he querido meter con ello por guardármelo en la recámara y por no hacer una entrada excesivamente larga.
Yo os dejo aquí, porque escribir tanto sobre deseos y fantasías, ha despertado mi imaginación y no os podéis hacer una idea de la cantidad de cosas que se me están ocurriendo hacer con mi «calvito». ¡Ay, omá!
Todos tenemos fantasías, y aunque no se tenga intención de hacerlas realidad, siempre está bien compartirlas. El mero hecho de hablar de ellas y ponerlas en común puede aportar chispa y excitación. Y si hay alguna que surge cumplir, mejor que mejor, pero si no se habla, nunca ocurrirá.
Que el miedo no frene nuestras fantasías, al fin y al cabo, la imaginación es la parte más libre de nosotros mismos.
Besotes.
¡La imaginación al poder!
Efectivamente, si nunca se exteriorizan esas fantasías nunca se podrán hacer realidad pero, para poder hacerlo, hay que quitarse de encima muchos miedos.
Besico
¡Eh! ¡Mary! Ese calvito ya se lo pidió Adelaida…
Bueeeeeno, se puede compartir…
Besicos para los dos.
A nosotros lo de la vergüenza no nos mola mucho, más que vergüenza vemos falta de confianza con tu pareja. Lo que si estamos muy de acuerdo es que al final la fantasía está tan idealizada en tu cabeza que cuando la llevas a cabo no mola tanto.
PD: El dibujo de Freud en su casa es apoteósico
Creo que es la mezcla de varios factores aunque, normalmente, suele ser una de las dos o la combinación de ambas.
Es lo que pasa con cualquier cosa que tengas idealizada, cuando se materializa decepciona un poco porque nunca llega a ese nivel que tú tenías en la cabeza.
El sr. Freud da para mucho.
Besicos
yo soy de esas personas con muchisimas fantasias. desde muy joven para ser mas especifico a los 11 empeze a tener muchas fantasias eroticas suenos humedos con familiares mios. me sentia culpable. una persona asquerosa por tener semejastes ideas en la mente. hasta me tache como un maldito psicopata deprabado sexual/ tal cual me llevo a escoderlo y retenerlo en mi causando muchisimo estres depresion falta de seguridad en mi confianza y miedo al sexo. aun sigo teniedo problemas hablando de sexo con una mujer. con el miedo de quiza pueda despertar otra vez esas fantasias que tenia y que creo seguir teniendo. y creo como tu lo explicas platicarlo con alguien me hubiera ayudado muchisimo.
Hola Samuel!
Las fantasías son una manera de recrearnos libremente, de sacar nuestros deseos, miedos, fantasmas… sin sufrir ningún tipo de consecuencia negativa. Disfrutamos sin culpa de ellas, pero eso no signifoca que tengamos y/o que queramos llevarlas a la práctica.
Un saludo.