Se dice que para evitar que sus soldados contrajeran la sífilis, los alemanes desarrollaron el Proyecto Borghild: las muñecas hinchables. Pero, ¿es cierta esta historia?
No sé si alguna vez has oído o te suena esta historia, pero es bastante popular. Por internet hay cientos de artículos de esta curiosa y morbosa leyenda sobre el posible origen de las sex dolls . Incluso en 2009 se hizo un corto sobre el proyecto Borghild. Pero, ¿existió realmente el proyecto Borghild?
Pues todo apunta a que no. A que, una vez más, «emosido engañado«.
Esta es una de esas historias y leyendas que, a fuerza de repetir y repetir, se han dado por cierta pero que a poco que te pones a rascar, no se sostiene por ningún lado.
En cuanto lees un par de artículos te das cuenta de que en todos se repite la misma información y datos. Pero en ninguno se mencionan las fuentes de consulta o donde se puede encontrar o ampliar más la información. Por cierto, un poco feo eso de no nombrar las fuentes…
Y si algo tengo claro después de tanto tiempo rascando y hurgando en busca de curiosidades es que cuando eso ocurre… mal asunto.
¿En qué se basan todos esos artículos calcados unos de otros que circulan por la red? Pues aunque la mayoría no lo dice, ya lo digo yo, en una web con una única entrada: www.borghild.de.
El proyecto Borghild
Según cuenta esta web, fue el propio Himmler quien dio la voz de alarma sobre la gran cantidad de bajas que sufrían sus muchachos por meterlo donde no debían, y no me refiero al fusil.
Así pues, para contrarrestar el poder del enemigo, en este caso, de las enemigas, decidieron desarrollar el proyecto Burghild. ¿En qué consistía este proyecto? En desarrollar una muñeca para que los soldados pudiesen desahogarse sexualmente con ella sin tener que hacer uso de las enemigas.
Como el proyecto se lo encargaron a un danés, un tal Olen Hannussen, que no debía andar muy fino de alemán, cambió Burghild por Borghild. A mí esto me pasa constantemente, así que yo no soy quién para juzgar los errores de alemán de nadie. Y de esta manera fue como nació el proyecto Burghild. Repito, según esta web.
La teoría la tenían clara: estas muñecas debían ser altas, rubias, con ojos claros, bla, bla, bla. Ya sabes, muy arias y mucho arias. Pero además, como buenos alemanes, exigieron a los encargados del proyecto unos estándares de calidad premium:
1. La carne sintética no debe distinguirse de la carne real,
Norbert Lenz. www.borghild.de
2. La movilidad de los miembros de la muñeca debe corresponder al radio de movimiento de las extremidades reales
3. El «órgano» de la muñeca debe ser absolutamente fiel al tacto».
Fijados los objetivos, el equipo del Instituto Alemán de Higiene de Dresde (hoy el Deutsches Hygiene-Museum) se puso manos a la obra y en septiembre de 1941 ya tenían su primer prototipo.
Por lo visto, este prototipo se presentó en Berlín ante el mismísimo Himmler y este quedó tan satisfecho del resultado y del examen realizado (😏) que encargó 50 muñecas más. Aunque por motivos que no se aclaran, semanas después se echó para atrás y finalmente el proyecto Borghild se suspendió a principios de 1942.
¿Qué pasó con los documentos del proyecto y los prototipos? Que acabaron reducidos a cenizas con los bombardeos que sufrió Dresde en 1945. (¡Oooohhhh!).
¿Existió realmente?
Pues hay varios motivos para desconfiar.
- La fuente. Ya he dicho que la fuente original de la que todos los demás artículos se nutren (o directamente plagian) es www.borghild.de. Una web que tan sólo tiene una única entrada, la dedicada a este tema. (Ummm, raro…)
- El autor. El artículo lo firma un tal Norbert Lenz. Según pone en la web, es un periodista independiente que colabora en Stern, Max y Focus, pero no hay resultados en ninguno de esos medios de Norbert Lenz. Bueno, en Focus sí, pero como director de un museo. Es decir, como entrevistado, no como entrevistador o periodista.
- No existen fotos ni documentos del proyecto. Se supone que con los bombardeos de 1945, todos los documentos, prototipos, informes, fotos… acabaron destruidos. Por tanto, no hay manera de contrastar la información.
- Arthur Rink. En el artículo se menciona este nombre como el único testigo vivo del proyecto. Sin embargo, nadie más ha podido contactar con él. No ha concedido más entrevistas ni hablado del tema en ninguna otra parte. No me creo que ningún medio quiera contactar con él para exprimir más esta jugosa historia, ni que Arthur no esté deseando vender dicha información.🤷🏻♀️
Conclusión, que esta historia es muy morbosa pero bastante dudosa. Pero en cuanto averigüe (y contraste) cuál es el verdadero origen de las muñecas hinchables, no dudes que te lo contaré.
Atribuciones:
La foto de portada es de cottonbro studio y pertenece al banco de imágenes Pexels con licencia de uso gratuito CC0.
Ana Simancas dice
No conocia nada de este tema de El proyecto Borghild, de hecho me ha salido por casualidad en la red. Me ha parecido muy interesante.
Maryasexora dice
Me alegro mucho. Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo.