¿Por qué se considera a San Sebastián un icono gay? Pues si queréis saberlo, deberíais seguir leyendo esta nueva entrega de Sexo divino.
Vida de San Sebastián
La verdad es que no hay muchos datos de este mártir. Ni de su vida, ni de su martirio. Martirio que, por cierto, ya os adelanto que se empezó a relatar dos siglos después… ¿Esto qué quiere decir? Que fiable, fiable, lo que se dice muy fiable, no parece que sea su relato. Peeeero, no adelantemos acontecimientos.
Lo que parece claro es que Sebastián nació en Narbona, Francia. Bueno, lo que hoy es Francia, pero que cuando nació (según algunas fuentes en el año 256 y, según otras, en el 263), era lo que se conocía como la Galia.
Hijo de militar, pronto siguió los pasos de su padre emprendiendo la carrera castrense. Y hay que decir que se le dio bastante bien. Tanto que llegó a ser centurión (jefe, oficial) de la cohorte de la guardia pretoriana imperial. Este cuerpo militar, que a más de uno le sonará a Star Wars, eran los encargados de la escolta y protección del emperador. Pero no la de Snoke, si no la del emperador Diocleciano, el emperador romano que le otorgó este cargo a Sebastián.
Militar y cristiano
Con esto que os acabo de contar, creo que podemos decir que Sebastián era un militar respetado que gozaba de la confianza del emperador. Pero entonces, ¿qué pasó para que la cosa se torciera tanto y acabara siendo mártir? La respuesta es: la fe cristiana.
Sebastián era un buen militar y un buen cristiano. El problema era que por aquel entonces, no estaba muy bien visto ser cristiano. En la época del Diocleciano no eran muy de casarse con un solo dios, en ese sentido eran más poliamorosos.
Mientras que Sebastián vivió su fe en silencio, no hubo mayor problema. Aunque no participaba en los sacrificios paganos, cumplía a rajatabla con sus obligaciones militares y nadie hacía preguntas. Pero como buen cristiano que era, pues no se pudo limitar a vivir su fe, también quiso compartirla con los demás. Y entre eso y que empezó a visitar a los cristianos encarcelados para darles ánimos y que no flaquearan, pues se descubrió el pastel. La gente empezó a atar cabos, a hablar y las habladurías llegaron hasta el mismísimo emperador Diocleciano que le mandó llamar para pedirle explicaciones.
Martirio de San Sebastián
Fase uno
Y Sebastián se las dio. En ningún momento negó que fuera cristiano. ¿Creéis que el emperador que le nombró centurión se apiadó de él ante esta confesión? Pues no. Entre otras cosas, porque ya tenía fama de anticristiano. De hecho, para que os hagáis una idea de hasta donde llegó Diocleciano con este asunto, el edicto que publicó contra los cristiano ha pasado a la historia como la persecución de Diocleciano.
Diocleciano ordenó que Sebastián fuera atado a un poste y que sus propios compañeros de la guardia le acribillasen a saetas (flechas). Así que le desnudaron, le ataron a un poste y le dejaron como un colador. Y una vez que sus antiguos compañeros consideraron que ya era suficiente y creyendo que ya estaría muerto, se marcharon dejando su cuerpo allí mismo.
Esta es la versión más o menos oficial. Sin embargo, otras versiones mantienen que Diocleciano dio orden explícita de no herirle en órganos vitales para así dejar que se desangrara poco a poco y prolongar su calvario. Otras dicen que Diocleciano pidió que le ataran para que sus compañeros realizasen con él ejercicios de puntería… En fin, que como os decía al principio, su martirio se escribió dos siglos después de los sucesos históricos y, por tanto, en todo esto hay más leyenda que historia…
Fase dos
La cuestión es que la leyenda dice que su cuerpo, aún con vida, fue recuperado por sus amigos y llevado a casa de Santa Irene de Roma. Ella se encargó de cuidarlo, curarle las heridas y ocultarlo durante su recuperación. Y una vez que se recuperó, ¿qué pensáis que hizo? ¿Borrón y cuenta nueva? Pues no. No tuvo mejor idea que ir a buscar a Diocleciano. ¡Con un par!
No sé si lo hizo con idea de que al verlo con vida, el emperador tomara aquello como un milagro y abrazara la verdadera fe o, simplemente, lo hizo para recriminarle lo que le había hecho a él y a otros tantos cristianos. Pero tras recuperarse del susto inicial, a Diocleciano no le tembló la mano y ordenó que le apaleasen allí mismo hasta la muerte. Y así se hizo. Esta vez no hubo giro inesperado de los acontecimientos y se aseguraron de que muriese.
Sebastián murió en el año 288, pero su culto, el San Sebastián mártir, nació con su muerte. Cuando la peste llegó a Roma a principios del siglo VII, muchos le imploraron su protección frente a esta plaga. No sé si hizo mucho caso a las plegarias o no, pero desde entonces se le considera protector contra la peste y plagas. También es el patrón de los soldados e, irónicamente, de los arqueros.
Y en este punto es donde se os acaba la paciencia y me gritáis: ¡¿Y qué tiene que ver todo esto con que sea considerado un icono gay!? Pues, como habéis podido comprobar, no tiene nada que ver ni con su vida, ni con sus obras. Si es considerado un icono gay es por como ha sido representado a lo largo de la historia.
Iconografía de San Sebastián
Es su representación lo que le ha convertido en un icono. San Sebastián es uno de los santos más retratados en el arte y su imagen siempre ha seguido, más o menos, un mismo patrón. Su figura suele ser la de un varón joven, semidesnudo, esbelto, con un torso tonificado y con una expresión que trasmite más éxtasis que dolor. En resumen, estamos hablando de una representación de la exaltación del cuerpo masculino, de la belleza masculina, que evoca más erotismo y sensualidad que dolor o martirio.
Esta «manía» de centrarse más en la belleza del cuerpo, en el erotismo, que en plasmar el martirio de San Sebastián no es algo nuevo, ni mucho menos. Es más, su figura siempre ha estado en el punto de mira de la Iglesia. E incluso el comisario inquisitorial (la de gente peculiar que te tiene que contactar por LinkedIn si te pones este cargo en tu perfil…), Francisco Pacheco, logró que durante un tiempo se abandonase la representación de este santo, y/o que cuando se realizase, se hiciese con algo más de decoro, reproduciéndole más como un viejo que como un mancebo. Si el pobre Pacheco, que como cotilleo os diré que era el suegro de Velázquez, levantase la cabeza y viera la portada que «le dedicó» la revista reFRESH Magazine a San Sebastián le daba algo…
Antes de despedirme, me gustaría dejaros una pequeña reflexión. Me ha resultado un paralelismo interesante que sea San Sebastián un mártir de la iglesia católica y un icono gay. Resulta bastante irónico que la Iglesia venere a un cristiano que martirizaron por ser distinto en una época en la que ser cristiano no estaba bien visto. Recordemos que acabó condenado «por salir del armario de la fe». Sin embargo, hoy en día, la Iglesia martiriza (figuradamente) a quienes son distintos y salen de otros armarios…
Ahora sí, me despido. Como siempre, espero que os haya resultado interesante esta nueva entrega de la sección Sexo divino.
Fuentes:
Ester Álvarez G. dice
Los lunes siempre son más interesantes si comienzan con estas lecturas 😉
Gracias por contarnos esta historia.
Besitos! 🙂
Maryasexora dice
Gracias a ti por estar siempre ahí. ¡Así da gusto escribir!
Besicos.
Carla Mila dice
Buen artículo ! Bonita manera de empezar la semana.
Me ha parecido super interesante.
Besos
Maryasexora dice
¡Muchas gracias Carla!
Besicos.
María Rivero dice
Hola:
Siempre me han llamado mucho la atención las imágenes de San Sebastián, precisamente por lo idealizado que está el santo a pesar de que ser asaeteado no tiene que ser nada agradable… Por cierto, no sabía la segunda parte de la historia.
Tu reflexión, muy interesante, con este mártir especialmente curioso, pero en general llamativo que una religión perseguida y «oculta» durante siglos, haya perseguido y juzgado a tantos después… Personalmente, creo que hay cosas del cristianismo que tienen que ver más con la moralidad de unos cuantos que con la fe
Saludos
Maryasexora dice
San Sebastián es uno de los santos más representados de la historia y, efectivamente, en la mayoría de esas representaciones se suele ensalzar bastante más su figura que el martirio por el que tuvo que pasar.
Por cierto, totalmente de acuerdo con tu reflexión también.
Muchísimas gracias por la visita y por tus reflexiones.
Besicos.
David Rubio Sánchez dice
Y, además, patrón del pueblo de mis padres, Sierro (Almería). Amena exposición acerca de la vida de este santo, la verdad es que desconocía que fuera un referente gay. Bueno, hace un tiempo hubo la moda de ver referentes en cualquier cosa o personaje. Como aquella relación entre Batman y Robin.
Como dices, es paradójico santificar al perseguido por sus creencias, cuando la Iglesia ha perseguido por lo mismo a tantos. No es solo una paradoja de la Iglesia, el ser humano tiene ese pequeño cabroncete que es el sesgo de confirmación que nos hace juzgar con distinto rasero los mismos actos dependiendo de la afinidad que tengamos con que quien los comete. Un fuerte abrazo!
Maryasexora dice
¡Anda mira! Entonces conocerías ya su historia.
Yo también pensé que convertirle en icono gay era algo relativamente nuevo pero, por lo que parece, siempre ha estado en el punto de mira.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión David.
Gracias por la visita y por tu comentario.
Besicos.