Retomamos la sección de Ilustres del sexo con Violette Morris. Una auténtica pionera del deporte francés que, sin embargo, ha pasado a la historia como «la hiena de la Gestapo».
Émilie Paule Marie Violette Morris nació el 18 de abril de 1893 en París. Era la menor de los seis hijos que tuvo el matrimonio formado por el barón Pierre Jacques Morris y Élisabeth Marie Antoinette Sakakini. Su padre era un capitán de caballería retirado y su madre pertenecía a una rica familia árabe palestina, lo que se puede traducir en que nació en el seno de una familia de bien y algo tradicional. Por lo menos, lo suficientemente tradicional como para mandar a nuestra protagonista de interna a un colegio de monjas. Violette Morris pasó su adolescencia en el Couvent de L’assomption de Huy, en Bélgica.
Su paso por el internado no despertó su fe religiosa, pero sí su amor por el deporte. Lo que sí hizo durante sus años de internado fue ocultar su orientación sexual: lesbiana. A pesar de su orientación sexual e imagino que por presión social y/o consejo familiar, en agosto de 1914 se casa con Cyprien Édouard Joseph Gourand.
Violette Morris en la I Guerra Mundial
Semanas antes de la celebración de este matrimonio, se desata la I Guerra Mundial (28 de julio de 1914). Acontecimiento que «aprovecha» Violette para poner tierra de por medio en este recién e impuesto matrimonio, y presentarse en el ejército francés como enfermera voluntaria.
Durante La Gran Guerra, Violette ejerció de enfermera en la batalla de Somme y de correo motorizado en la batalla de Verdún. ¿Esto qué quiere decir? Que durante el conflicto no estuvo de brazos cruzados. Para que os hagáis una idea, ambas batallas, la de Somme y la de Verdún, son consideradas como las dos más largas y sangrientas contiendas de la I Guerra Mundial.
Durante su etapa militar se enamoró. Se enamoró de la velocidad. En ambos puestos, tanto de enfermera como de correo, pudo dar rienda suelta a su nueva pasión. Primero conduciendo la ambulancia siendo enfermera y, posteriormente, llevando la moto ejerciendo de correo.
La deportista Violette Morris
Fornida y atlética, empieza a practicar y destacar en innumerables deportes: fúbol, natación, boxeo, waterpolo, lanzamiento de disco, de jabalina, ciclismo… En algunos de estos deportes, como no existían competiciones para mujeres o había pocas, se enfrentaba de tú a tú a los hombres, como en el caso del boxeo. A muchos no les hacía gracia enfrentarse a ella, no porque fuera mujer, si no porque les acojonaba un poco su espectacular forma física. Bueno, eso y que perder contra una mujer en un cuadrilátero tiene que escocer un poquito en el orgullo masculino, y más a principios del siglo XX, no me digáis que no…
Violette Morris fue una atleta destaca. Era una todoterreno. Practicaba un sinfín de deportes y en todos o casi todos consiguió destacar. Por si no me creeis, os dejo una parte de su extenso palmarés:
- Más de 20 títulos nacionales en diferentes deportes.
- Más de 50 medallas entre eventos nacionales e internacionales. Destacan dos medallas de oro en lanzamiento de peso y jabalina en The Women’s World Games de Montecarlo de 1921, las Olimpiadas femeninas.
- Participó en más de 150 competiciones de atletismo.
- Jugó más de 200 partidos de fútbol. Siendo 3 veces campeona de Francia de fútbol femenino.
- Batió 23 récords mundiales de atletismo en las modalidades de lanzamiento de peso, jabalina y disco.
- Fue dos veces record del mundo en ciclismo en la modalidad de 5 km.
- Ganadora del Bol d’or automobile de 1927.
Y como os he dicho, esto es tan sólo es una parte todo su palmarés. Todos sus logros deportivos los podéis encontrar en este enlace. Eso sí, en francés.
Su pasión por la velocidad
Su pasión por la velocidad y su capacidad de superación eran innatas. El lema de Violette era «Ce qu’un homme fait, Violette peut le faire!«, Todo lo que hace un hombre, Violette lo puede hacer. Y todo esto la empujó a realizarse una mastectomía, una extirpación de mama. ¿Por qué? Porque medía 1,66 cm, pesaba 68 kg y su talla era una 120. ¿Y por qué os cuento esto? Porque la talla de su pecho impedía que se pudiera mover con soltura en el minúsculo espacio del que disponían los coches de carreras de aquellos años. Vamos, que el volante le oprimía el pecho y no lo podía manipular bien.
Con la operación realizada, pudo competir en igualdad de condiciones con los hombres y hacerse así con varios títulos de automovilismo como el citado Bol d’or automobile, entre otros muchos.
Varapalo deportivo
En 1928 nuestra Ilustre sufre su mayor revés deportivo, la Federación Olímpica francesa le impide participar en los Juegos Olímpicos de Amsterdam que se celebraban ese mismo año. Fue un duro golpe porque estos juegos eran los primeros en los que podían participar las mujeres. ¿El motivo del rechazo? Conducta escandalosa y falta de moral. Traducción: no se ajustaba a los cánones de lo que debía ser una señorita de los años 20.
Aunque al volver de la guerra Violette se separa de su marido, no es hasta 1923 cuando se divorcian. Su divorcio fue su liberación, por fin pudo vivir su su orientación libremente y pasear de la mano de mujeres. Pero no solo eso, empezó a vestir trajes de hombre, a ir armada, a fumar como un carretero (se dice que tres paquetes al día), era bastante común oírla blasfemar (cosa que no hacían las señoritas) y se bebía hasta el agua de los floreros. Es decir, una mujer divorciada, que vestía como un hombre y que se comportaba como tal, no era el ideal de mujer.
Violette que, como ha quedado demostrado ya, era de armas tomar, recurrió esta decisión. Sin embargo, perdió definitivamente el juicio en 1930. Que saliera uno de sus amantes, Raoul Paoli, e hiciera pública su mastectomía y, sobre todo, su bisexualidad, condenó definitivamente a Violette al destierro olímpico.
Tras este duro golpe a su carrera deportiva, se aleja de la vida pública y abre una tienda de repuestos de coches, aunque sin mucho éxito.
La hiena de la Gestapo
A finales de 1935, la agencia de inteligencia de las temidas SS se pone en contacto con ella. ¿El motivo? Querían que fuera la invitada de honor de los Juegos Olímpicos de Berlín, juegos que se celebraban al año siguiente. No sé si por despecho por lo que le hizo su propia Federación Olímpica, por simple curiosidad o por simpatía hacia el régimen nazi, ella aceptó y comenzó su idilio con el nazismo. Comienza a ejercer de espía para la Gestapo.
Se supone que ella fue la que, entre otras cosas, les facilitó mapas y detalles de puntos estratégicos de París, de la línea de fortificación y defensa Maginot y del carro de combate francés Somua S-35. Sin embargo, algunos historiadores defienden que la relación de Violette con la Gestapo no fue tan estrecha, aunque nadie niega que fue vista en compañía alemana y que cuando el río suena…
Pero no le pusieron el sobrenombre de «la hiena de la Gestapo» por estos chivatazos, sino por su papel activo en detenciones, interrogatorios y, sobre todo, torturas a miembros de la resistencia francesa. Su eficacia y sadismo en estas labores hizo que se empezara a conocer su nombre entre la resistencia francesa y entre los Aliados, convirtiéndose así en uno de sus objetivos a eliminar. De hecho, en 1944 desde Londres se dicta una orden de ejecución contra ella.
El final de Violette Morris
Dicho y hecho. Violette ya estaba sentenciada. El 26 de abril de 1944, es acribillada a balazos en una carretera mientras conducía, llevando a dos niños como pasajeros, su Citröen 15cv. Sus ejecutores fueron miembros de un movimiento de la resistencia francesa.
Como nadie reclamó su cuerpo, Violette Morris fue enterrada en una fosa común del cementerio de Le Pin.
Fuentes:
- www.gss.revues.org. Genre, sexualité & société
- www.historiatletismo.blogspot.com.es
- Caballos de Troya de la historia. Autor: Javier Sanz.
Carla Mila dice
¿Cómo se podía hablar de «canones» en una época donde dictaba la hipocresía?
Increíble, pero así se escribe la historia.
Artículo muy interesante, como siempre Mary.
Saludos y gracias por compartir
Maryasexora dice
Los cánones y estereotipos siempre han existido y, por desgracia, existirán. A mí me pareció una vida de lo más interesante y por eso la he traído a la sección de Ilustres.
Como siempre, gracias por la visita.
Besicos.
Sofi dice
Miedito de tía eh…. No quisiera encontrármela en un callejón! jajaj, bromas aparte, pobre Violette, que tiempo dificil para tener el cuerpo y la orientación sexual que le diera la gana…
Besitosss
Maryasexora dice
Entiendo que muchos hombres tuvieran reparos a la hora de enfrentarse a ella en un ring porque, más allá de su portento físico, era una mujer de armas tomar. Pero sí, tuvo una vida de lo más complicada.
Besicos.
Carmen dice
¡Madre mía, qué historia! Tengo los pelos de punta. A Violette le tocó vivir una época complicada, sin duda, aunque la parte que hace referencia a su personalidad e intervención en la guerra, indica que fue una mujer de armas tomar.
Un abrazo.
Maryasexora dice
Fue una pionera en muchos aspectos, lástima que luego su vida pegase ese giro y acabara siendo conocida como la hiena…
Gracias por la visita.
Besicos.
David Rubio dice
Me encantan estas entradas. Una mujer que tuvo que luchar contra la peor prueba a la que nos podemos enfrentar: la estupidez humana. Sin duda, el rencor pudo hacerla caer en los brazos del nazismo. El odio por el daño sufrido, la impotencia de ser apartada de sus sueños por el simple hecho de ser mujer y por su orientación sexual.
Que llegara a realizarse una mastectomía para poder competir mejor me ha impresionado.
Y dice mucho de la determinación de esta mujer.
Muy, pero que muy interesante biografía, Mary.
Un abrazo!
Maryasexora dice
La mastectomía me parece una medida bastante radical, pero es un ejemplo de hasta donde estaba dispuesta a llegar por poder competir en igualdad de condiciones que los hombres. Vamos, que la mujer tenía los ovarios cuadrados. Como le decía a Carmen, es una lástima que luego pegase ese giro movida, seguramente, por el rencor.
Gracias por la visita David.
Un saludo.
Yanina dice
Muy buena historia, muy interesante y muy completa, pobre violett tanto se sacrificó para poder competir y la destierran.
Maryasexora dice
Muchas gracias por tus palabras y por animarte a dejar un comentario.
Pues la verdad es que sí que tuvo mala suerte. A pesar de su flamante palmarés, su destierro olímpico fue un duro golpe para ella.
Un saludo.