Haz el amor y no la guerra. Algo así deberion pensar los lumbreras de la Fuerza Aérea de los EEUU que propusieron la «Bomba gay». Un arma química no letal ideada con la intención de convertir a los enemigos en gays. ¿Queréis conocer esta historia? Pues ya sabéis, seguid leyendo.
Hace muuuuuchos años, en un artículo que escribí sobre investigaciones curiosas ya os hablé brevemente de este proyecto. Como en aquella ocasión no encontré mucho donde rascar, no quise profundizar demasiado en el tema. Pero hoy vuelvo a la carga para contaros la historia de este curioso proyecto.
¿Por qué una bomba gay?
Porque como todo el mundo sabe, ser un buen soldado y ser homosexual es completamente incompatible.
¿Cómo? ¿Qué me decís? ¿Que no tiene nada que ver una cosa con la otra? Pues sí, lleváis toda la razón. La orientación sexual de cada cual no influye a la hora de ser o no un buen soldado. Pero eso se ve que sólo lo tenemos claro vosotros y yo, no los mandamases militares. Y es que, tradicionalmente, los ejércitos, sobre todo el de EEUU, son un campo de homófobos.
El ejército, como institución, representa los valores más tradicionales asociados a la masculinidad: valor, honor, disciplina, fuerza… Valores o cualidades que, muchos, se piensan que vas perdiendo por el camino a medida que vas «perdiendo aceite»…
Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Es más, hubo un tiempo muy, muy lejano, en el que las relaciones entre los soldados se veían con muy buenos ojos porque consideraban que ese vínculo afectivo, esa unión, les hacía invencibles. Como al Batallón Sagrado de Tebas. Y es que ya lo decía Plutarco en su obra Vidas Paralelas, Tomo II, Pelópidas:
…lo que se debía mandar era que el amante tomase formación junto al amado; porque en los riesgos, los de la misma curia o tribu no hacen mucha cuenta unos de otros mientras que la unión establecida por las relaciones de amor es indisoluble e indivisible; pues, temiendo la afrenta, los amantes por los amados, y éstos por aquellos, así perseveran en los peligros los unos por los otros.
Proyecto bomba gay
Aunque quiero pensar que algo hemos avanzado y que este pensamiento retrógrado ya no es mayoritario, por desgracia, todavía hay muchos que siguen manteniendo la teoría de que si eres homosexual, no puedes ser un buen soldado. Y si a día de hoy, aunque ya no sean legión, siguen siendo unos cuantos los que se lo creen a pies juntillas, imaginad cómo era en 1994. ¿No hace tanto, verdad?
En ese año, en 1994, es cuando el Laboratorio Wright, una organización perteneciente al Comando de Materiales de la Fuerza Aérea de los EEUU, presentó el proyecto Harassing, annoying and ‘Bad Guy’ Identifying Chemicals. Que se traduce más o menos como «Químicos para el fastidio, el incordio y los ‘malos chicos'».
Harassing, annoying and ‘Bad Guy’ Identifying Chemicals
Básicamente la idea del proyecto era desarrollar algún tipo de químico no letal (bonito detalle) que minase la moral y la disciplina del enemigo. Y entre varias posibilidades, encontrar uno que fuera afrodisíaco para que, al alcanzar su objetivo, los aguerridos soldados enemigos, les convirtiera en homosexuales.
¿En qué se fundamenta este proyecto? ¿En qué teoría? Pues no sé, quizá en fomentar aquello de que «en la guerra, cualquier agujero es trinchera».
Bromas a parte, supongo que la idea o, más bien la película que se montaron estas grandes mentes pensantes, era que al convertirles en homosexuales, se empezarían a encontrar atractivos los unos a los otros, porque todo el mundo sabe que si eres gay te atrae cualquier hombre (sarcasmo), y aquello acabaría en mega orgía. Y claro, entre una mega orgía o seguir guerreando, pues las prioridades están claras, ¿no?
Más en concreto, el documento propone tres y ideas básicas:
- Bombardear al enemigo con animales o insectos molestos que les mantengan desconcentrados, irritados, etc. Supongo que piojos, ratas o cosas por el estilo. Algo que, por otro lado, la guerra atraía por si misma durante siglos, pero bueno.
- Bombardear con químicos que deje «marcados» pero sin ser letales, a los combatientes enemigos. Entre las opciones estarían pintar de colores al enemigo o impregnarles de olores característicos para evitar que se infiltren entre las líneas amigas. La 2ª opción sería enfermar a combatientes y civiles para que necesiten tratamiento. La última opción propuesta sería marcar a los humanos para que fuesen atraídos por animales entrenados para atacar a quienes estén afectados por esos químicos.
- La tercera categoría es la nuestra, la de los químicos que afectan al comportamiento humano. La idea es derrumbar su moral y/o disciplina. Traduzco la frase clave literalmente: Un ejemplo desagradable pero totalmente no-letal seria el uso de potentes afrodisíacos, especialmente si el químico pudiera causar también comportamientos homosexuales.
Y esa frase es la que da pie a la historia de la bomba gay. Químicos que por un lado te vuelvan homosexual porque la mayoría de los combatientes son hombres, y por otro te pongan más caliente que el pico de una plancha para que la anteriormente mencionada orgía cuartelera sea inevitable.
Premio Ig Nobel
En fin, que muchas veces la capacidad y/o el intelecto humano deja bastante que desear y este despropósito de proyecto fue un ejemplo de ello.
Por suerte, queda el consuelo de saber que esta bomba gay sólo fue un proyecto y que nunca vio la luz. Nunca se llevó a cabo más allá de la idea, del concepto sobre el papel. Peeeero eso no impidió que en 2007, esta estrambótica idea ganase uno de los «prestigiosos» Ig Nobel. Ya sabéis, esos antiNobel que premian las investigaciones más insólitas y/o absurdas. Premios que ya os deben de sonar porque, como gran fan que soy de ellos, ya les he dedicado alguna que otra entrada.
Eso sí, esta entrega de premios se vio algo deslucida ya que nadie de las Fuerzas Armadas quiso ir a recoger tan merecido galardón. Y es que el Pentágono, a pesar de que este informe es un documento público, siempre ha negado la existencia del mismo.
Fuentes:
Ester Álvarez G. dice
No sé si reírme o llorar ante lo que nos cuentas O_O En cualquier caso, gracias una vez más por descubrirnos algo tan insólito 😉
Un besito!
Maryasexora dice
Mejor tomárselo con humor. Dentro de lo malo, hay que pensar que alguien puso cordura en todo esto y no salió adelante.
Besicos.
David Rubio Sánchez dice
Madre mía, Mary. Cada vez que leo cosas así me viene a la mente la famosa frase de Einstein que decía que solo había dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana; pero de lo primero no estaba seguro.
En fin, si algo de bueno tiene esa tontería es regalarnos una entrada muy, pero que muy, entretenida. Un abrazo!!
Maryasexora dice
Como le decía a Ester, la parte buena de esta historia, es que a alguien se le encendió la bombilla y se dio cuenta de que esta idea no podía ir a ninguna parte.
Pero sí, el ser humano puede llegar a ser sorprendentemente estúpido. En eso no hay discusión.
Besicos.